Rockade propone hamburguesas y tacos entre pinballs

06/06/2022

Miguel Ángel Valero. Entre máquinas de marcianitos y las clásicas de bolas, ofrece un remanso de paz y de comida 'slow' en el centro del Madrid más castizo.

Los pinballs del Rockade invitan a revivir aquellos años 70 y 80 del siglo XX, pero sin tanto ruido, y desde luego mejor comida. (Fotografia de Montserrat Merchante).

como volver a la juventud, a aquellos pubs con pinballs de los años setenta y ochenta, pero con una propuesta gastronómica mucho mejor que la de entonces. El dia en que prácticamente todo el mundo estaba pendiente de la final de la Champions entre el Real Madrid y el Liverpool, y terrazas, bares y restaurantes eran puro griterío, el Rockade emerge como un oasis de tranquilidad.

El establecimiento situado en la calle del Almendro, 9 (reservas: 618319402), en la zona más castiza de Madrid, propone la Hamburgesa Happy. La hamburguesa más feliz del mundo ha sido creada por la chef Dana Butca y los hermanos Juan, Toño, Carlos y Nacho Marchante, dueños del restaurante.

Se trata de una hamburguesa de 150 gramos 100% vacuno, elaborada diariamente,y condimentada con ingredientes caseros de gran calidad. Cocinada a la plancha, con pan tierno tostado con mantequilla. Tiene su lechuga, tomate, cebolleta, bacon, queso, servida con patatas fritas caseras, y con una salsa, la Happy River, cuya composición es guardada celosamente por sus creadores.

Pero antes de la Hamburguesa Happy, unas croquetas de bacon y parmesano, y otras de boletus, para entrar en materia. Y unos tequeños rellenos de queso blanco acompañados con salsa tártara de jalapeños, que no dejan a nadie indiferente y preparan el estómago para lo que va a llegar luego.

Luego, para competir con la Hamburguesa Happy, una de la ‘casa’. La Hamburguea  Rockade 300 gramos. Por tanto, con doble de carne, lechuga, tomate, cebolleta, bacon, queso y ali oli de aguacate y jalapeños ligeramente picante. Servida con patatas fritas. Todo un manjar.

El muestrario de cervezas es tan variado que cuesta elegir. Este cronista probó una pinta de negra, y una botella de rubia. Ambas, muy fresquitas, sabrosas, refrescantes. Ideales para acompañar a las croquetas, los tequeños y las hamburguesas.

Para finalizar, un pastel de zanahora y nueces que daban ganas de repetir.

El Rockade no es grande, pero su carta sí. Se puede encontrar, para abrir el apetito, chips de berenjenas fritas con miel de caña, croquetas de jamón y de chorizo, los natxos Rockade (carne guisada, jalapeños y salsa 4 quesos), guacamole con pico de gallo y totopos caseros, sincronizadas gringas (carne pastor, queso, piña y pico de gallo) tiras de pollo (empanadas con alioli de miel y mostaza).

En el Madrid castizo, no pueden faltar las patatas bravas, con salsa de tomate picante casero y mayonesa suave o veganesa. Pero el mestizaje gastronómico continúa: hummus de boniato acompañado con pan de pita caliente, chilaquiles (totopos caseros con pollo guisado, tomate y cebolla cubierto de queso fundido).

En tacos, los clásicos: al pastor, cochinita pibil, carnitas, pollo, la propuesta Rockade (tortilla de trigo con sabroso camarón en salsa picante, queso Mozzarella y guacamole), y la opción vegana (tortilla de maíz con guacamole, rúcula, tomate cherry, frijoles negros especiados y queso vegano).

La lista sigue: arepitas caseras de catira (pollo y queso amarillo con salsa de chile poblano), mixta, peluda (carne de ternera y queso con alioli de aguacate ligeramente picante), la Rockade (carne de pollo, cerdo y ternera con guacamole y queso), la Reina Pepiada (Pollo, aguacate y queso), y la vegana.

En hot dogs, el Perrito Rockade (pan artesano, salchicha vegetal, queso vegano, rúcula, tomate cherry y salsa de oli oli de miel de caña y mostaza con patatas paja), y el Madame Lou Lou (pan artesano, salchicha alemana ahumada, bacon, cebolla, queso y salsa Happy River con patatas paja).

También se ofrecen taquizas de queso molka, choriqueso, rajas, carnitas, Hawai, veganas. En hamburguesas, también está la River, vegana.

En postres, el chocovegan, el bizcocho de maracuyá, y los helados italianos artesanos (de chocolate, vainilla, fresa, limón y avellana).

Así que hay para elegir, para todo tipo de gustos, sabores y manías. Pero siempre sin  prisas, degustando, saboreando y disfrutando.

Antes o después de la comida, un paseo por el Rockade, su decoración original y ecléctica, los pinballs de aquellos añorados años, pero todavía  en funcionamiento, retando a muñecas y dedos a competir con las bolas.

Las máquinas de marcianitos, las míticas Arcade, pero también un rincón para los más adictos a los videojuegos de última generación. Una oferta muy completa para todo tipo de gamers.

Rockade ofrece, casi en la Puerta del Sol, un remanso de paz. Un lugar para saborear la bebida y la comida sin prisas, disfrutando de la compañía, del inmenso placer de la conversación, y del paisaje, con esa decoración tan diferente. Una propuesta distinta, más ‘slow’.

Los dueños del Rockade ya preparan su próxima aventura gastronómica, que quiere revolucionar la zona de Malasaña con sus originales propuestas.

 

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