Se modifica la normativa sobre riesgos por exposición a agentes cancerígenos

09/06/2022

José Mª Aguirre Fernández de Arroyabe, médico del trabajo. La vigilancia de la salud es esencial.

La vigilancia de la salud en el trabajo, regulada por la Ley de Prevención de riesgos laborales de 1995 (Ley 31/1995 de 8 de noviembre), dice en su artículo 22.1: “El empresario garantizará a los trabajadores a su servicio la vigilancia periódica de su estado de salud en función de los riesgos inherentes al trabajo”. En cuanto al riesgo de cáncer laboral y mutágenos estaba regulado por el Real Decreto 665/1997 de 12 de mayo, normativa que acaba de ser actualizada por el Real Decreto 395/2022, de 24 de mayo. Entre las modificaciones cabe destacar que esta norma introduce nuevos productos cancerígenos, como el berilio, cadmio, arsénico y formaldehido, entre otros, que ya eran conocidos y mencionados desde antaño, por la OMS, entre otros organismos.

Se estima que entre el 4% y el 8% del cáncer es de origen laboral. En mi opinión, y según muchos expertos, esa estimación está sesgada. Sorprende que, en España, en 2021, sólo se hayan declarado el 0.03% como enfermedad profesional, exactamente 35 casos, frente a los 2.000 de Francia. Curiosamente, la Comunidad Navarra es la que más casos declara desde hace años, mientras que en Cataluña, el año pasado, se declararon sólo seis.

Se calcula que en España en unos 10.000 los casos potenciales en el medio laboral. Es la primera causa de muerte en el trabajo en toda Europa (el 52% de los fallecidos), por encima de las enfermedades cardiovasculares. Cada hora mueren por cáncer en la Unión Europea entre siete y diez personas.

Según la Asociación Internacional del Cáncer laboral (IARC), hay descritos hasta 120 agentes cancerígenos, de los cuáles más del 60% se dan en el ámbito laboral  (ref. Alfredo Menéndez, catedrático de Historia de la Ciencia en la Univ. de Granada), y en Europa cada año se producen 190.000 casos nuevos de cáncer por causa de 25 cancerígenos descritos, según un estudio de 2017 de los European Trade Unions, los sindicatos europeos. De ahí la importancia de promover una forma innovadora de afrontar el cáncer laboral, y no solo desde la vigilancia de la salud, sino desde la higiene industrial, y me atrevería a decir desde la psicosociología aplicada. Aunque no tengo datos al respecto, se habla de la depresión como factor determinante en la aparición de algunos cánceres. Con la pandemia, el 20% de la población española padece esta patología, multiplicándose por cuatro con respecto a los datos prepandemia.

Se habla poco de los humos diesel, que ya la IARC, catalogó de cancerígenos en 2012, algo que también hizo la OMS años más tarde. En España, no se tendrán en cuenta hasta febrero de 2023.

Según mi experiencia profesional de tres decenas de años en el ámbito de prevención y  la vigilancia de la salud, se puede intentar una nueva versión integradora de cómo afrontar con más especificidad y empeño el manejo de la prevención del cáncer laboral. Si bien no se va a resolver de inmediato, requiere el trabajo conjunto de Gobiernos, sindicatos y entidades empresarial y la propia Unión Europea, al máximo nivel.

Imagen: Imagen: Thirdman (obtenida en pexels.com y modificada).

Para empezar, la Directiva marco Europea 89/391 CEE de 12 de junio, que marca el paso a todos los países miembros de la UE en materia de prevención de cáncer laboral, ha quedado en mi opinión obsoleta. Y creo que son vanos los intentos de normativas europeas anteriores sobre carcinógenos y mutágenos, incluso la más actual Directiva 2022/431 de la UE —con vistas a su trasposición en nuestro País antes del 5 de abril del año 2024—. Se precisa una revisión, una nueva versión de la normativa, una apuesta realista por la mejora en la vigilancia específica de la salud consensuada agentes públicos y privados.

Mejorar la vigilancia de la salud
¿Es posible mejorar la vigilancia de la salud, para mejorar la prevención de la carcinogénesis laboral? Sin duda. Algunas propuestas:

♦ Las mediciones higiénicas se deben realizar cada semestre, y ceñirlas a los valores límites (VLA-ED, VLA-EC) publicados en España en abril del 2022. Y ello especialmente en la industria química, farmacéutica y textil, en gasolineras, y en el ámbito agrario y pesquero, donde por la exposición al sol ha crecido la tasa del melanoma, enfermedad por la que fallecen, tras cinco años, el 20% de quienes la sufren.

♦ La anamnesis o historia laboral es clave para la identificación del riesgo, por varias razones, pero fundamentalmente porque la aparición del cáncer suele ser a medio/largo plazo, salvo excepciones. Y muchas veces aparece tras un largo periplo de riesgos laborales y exposiciones ambientales múltiples en el medio laboral. Esta historia clínico-laboral es competencia de los servicios de prevención y salud de las propias comunidades autónomas. Así lo establece la Ley General de Sanidad, aún vigente desde 1986, y el propio Reglamento de los Servicios de Prevención que desarrolla el Real Decreto 39/1997 de 17 de enero, que es muy claro en su artículo 38, sobre Colaboración con el Sistema Nacional de Salud.

♦ Aunque sean caros, y paulatinamente, sería necesario introducir los marcadores tumorales en el examen de salud, pues en casos de exposición a determinados cancerígenos pueden ser muy necesarios. Habría que realizar el conocido PSA en varones —el cáncer de próstata es la primera causa de mortalidad en España (30.884 casos en 2021, según la doctora Enriqueta Felip, oncóloga del Hospital Valle Hebrón de Barcelona, y los datos de Redecan. Igualmente, habría que introducir otros marcadores como son CA 72.4, CA 19.9, CA 15.3, CA 125, CYFRA 21-1, CEA…Si bien sería muy costoso introducirlos, la sanidad pública debería afrontar su financiación, compartida con los respectivos sistemas de seguridad y salud laboral del resto de la UE.

♦ Introducir los Cariotipos, es decir, los estudios genéticos individuales, para descubrir irregularidades en el genoma de determinados individuos expuestos, y que podrían identificarse como personas sensibles (art. 25 de la Ley LPRL) que recogen los respectivos historiales laborales que antes he citado.

Si la Conferencia Internacional de Tokio, celebrada en mayo pasado, persiguió inculcar una mayor toma de conciencia a los Gobiernos sobre la prevención de los riesgos inherentes al trabajo. Si mueren casi dos millones de personas en el mundo por accidentes y enfermedades laborales. Se precisa un giro fundamental y comprometido por parte de todos los implicados, especialmente en lo que respecta al cáncer.

José María Aguirre Fernández de Arroyabe, médico del trabajo.

José María Aguirre Fernández de Arroyabe es médico del trabajo colegiado y graduado social. En 1997 recibió el Premio Nacional de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo. Es colaborador de honor de la Plataforma Laboral Life.

 

 

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