El deporte sigue sin salir del armario

17/06/2022

Miguel Ángel Valero.

Es indiscutible que la sociedad española ha evolucionado muchísimo desde aquellos tiempos en que ser homosexual estaba penalizado por la ley. Sin embargo, este avance no se refleja por igual en todos los ámbitos. Un ejemplo claro es el mundo del deporte, en el que todavía son muy pocas las personas valientes que se atreven a reconocer abiertamente su orientación o identidad de género no normativas. Solo en contadas ocasiones, las personas profesionales del mundo deportivo dan el paso encontrándose todavía en activo; lo habitual es que lo hagan público una vez retiradas o a punto de estarlo.

En 1990, Justin Fashanu se convirtió en el primer jugador de fútbol que se reconoció como homosexual. Tras el rechazo de la afición y de sus compañeros, Fashanu se suicidó cuando apenas tenía 30 años. Desde entonces todos los 19 de febrero, fecha de su nacimiento, se celebra el Día Internacional contra la LGBTIfobia en el deporte.

En el deporte los cambios que afectan a estas cuestiones van muchísimo más despacio que los récord. Hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no hubo deportistas trans y no binarias, como Laurel Hubbard compitiendo en halterofilia y Rebecca Catherina Quin en fútbol.

El fútbol tampoco se atreve a salir del armario.Hace apenas un mes y con solo 17 años, Jake Daniels, del Blackpool de la EFL, se convirtió en el primer jugador en activo europeo en 32 años en hacer visible su homosexualidad, reconociendo que estaba cansado de mentir para proteger su carrera profesional.

En España ningún jugador profesional gay se ha decidido a hacerlo público. Lo cierto es que no salen del armario para no tener que soportar actitudes homófobas por parte de la afición y sufrir las consecuencias con sus clubes.

Óscar Muñoz, codirector de la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI (REDI) opina que “los clubes deportivos deberían fomentar la inclusión de la diversidad y ser un reflejo de la sociedad, tal y como lo hacen muchas empresas, que ponen en lo alto de sus valores el respeto a sus trabajadores y el aprovechamiento del talento”.

“Está comprobado que una persona que puede ser abiertamente ella misma en el ámbito profesional rinde muchísimo mejor. Esto aplica también en el deporte. Un futbolista gay, por ejemplo, invierte un gran esfuerzo en ocultar que lo es. Fomentando unos valores de deportividad y respeto, donde cada deportista pueda ser como es, y abanderando los derechos humanos y la no discriminación, los clubes ayudarían enormemente, no solo a las personas LGBTI, sino al conjunto de la sociedad, pues deportes como el fútbol tienen una enorme dimensión nacional e internacional”, añade este experto.

Los jugadores gays de élite lo tienen muy difícil porque los clubes aceptan el patrocinio o desarrollan giras internacionales en países donde no se respetan los derechos del colectivo LGBTI. Ahí está la Supercopa de España en Arabia Saudí, o el Mundial de Fútbol en Qatar. Son dos países donde existe pena de muerte efectiva para las personas LGBTI, según Amnistía Internacional.

David Guerrero, presidente de la asociación Deporte y Diversidad y autor del libro ‘Corres como una niña’, denuncia que “se está produciendo un fenómeno mundial en torno al deporte, el “sportwashing”, donde algunos países con bajos niveles de democracia, libertad de expresión y derechos humanos están utilizando las grandes competiciones deportivas para limpiar su imagen internacional”.

Precisamante, David Guerrero será uno de los participantes en la jornada “Deporte inclusivo y diversidad. 30 años después de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92”, que se celebrará el 27 de junio a las 18,000 horas en CASA SEAT (Barcelona) con motivo del Día del Orgullo y en el que deportistas LGBTI expondrán sus experiencias relacionadas con la diversidad e inclusión en el deporte.

Además de la falta de valentía a la hora de salir del armario, el deporte no es precisamente igualitario e inclusivo. A lo largo de la historia la mujer deportista ha sido invisibilizada y discriminada, y todavía hoy existen grandes diferencias de reconocimiento económico, mediático y social con respecto a la categoría masculina.

Probablemente esa falta de foco, sumada a los estereotipos de género, ha permitido que haya una mayor visibilidad de las mujeres lesbianas y bisexuales en disciplinas deportivas como el fútbol, el balonmano o el rugby. Se estima que la proporción de mujeres lesbianas visibles en el deporte es de 7 por cada hombre gay visible. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 participaron 11.700 deportistas, de ellos 179 eran LGBTI visibles, casi el triple que en Río 2016, según la revista especializada Out Sports. Hoy existen nuevas modalidades deportivas que se muestran abiertamente inclusivas, como el Quidditch o el Roller Derby.

En 2003, el Consejo de Europa aprobó la Declaración 1635 “Lesbians and Gays in Sport” que reivindica la necesidad de crear un deporte abierto a todas las personas, sin distinciones y libre de barreras y discriminaciones. En España no se ha hecho prácticamente nada por reivindicar el derecho de los deportistas LGBTI a vivir y expresarse en libertad, pero en este momento se encuentra en plena tramitación la modificación de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. El texto busca combatir “toda actuación que atente contra los deportistas por su orientación sexual, identidad sexual o expresión de género”, de manera que se puedan activar procesos sancionadores contra la LGBTIfobia.

Óscar Muñoz cree que “no solo hay que confiar en una mejor legislación, las empresas juegan un papel muy importante como motor de cambio y apoyo a los derechos humanos allá donde operan. Los clubes deportivos, como empresas que son, también deberían asumir esta misión”.

Algunos clubes de la élite del fútbol español ya han realizado pequeños gestos, como llevar los cordones arcoíris en sus botas de juego (Rayo Vallecano, el Leganés y el Cádiz). El club gaditano además ha firmado un acuerdo con la asociación que agrupa a todos los clubes LGBTI inclusivos de la Península Ibérica para desarrollar acciones contra la LGBTIfobia y dar visibilidad a la diversidad. Un acuerdo similar firmó este año el FC Barcelona con el club catalán Panteres Grogues con el objetivo de desarrollar formación y asesoramiento relativo a la diversidad de género, identidad y orientación sexual.

 

 

 

¿Te ha parecido interesante?

(+1 puntos, 1 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.