Cambio de ciclo

22/06/2022

José María Triper.

Explicaba un destacado ex secretario de estado en los gobiernos de Aznar, en las vísperas de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy en 2011, que el voto puede permitirse el lujo de ser ideológico mientras no toca el bolsillo, pero cuando se juegan los cuartos manda el voto útil de la economía y la gestión. Y en la España de hoy los números de la economía cantan que el poder adquisitivo de los hogares está cayendo más de un 12% por el alto IPC y las empresas pierden competitividad y muchos autónomos se ven abocados a despedir trabajadores o al cierre del negocio.

Recordar que a lo largo de la historia la inflación ha derribado más gobiernos que las revoluciones y es el principal caldo de cultivo de los populismos.

Los últimos datos de la oficina europea de estadísticas, Eurostat, confirman que nuestra brecha de inflación sigue muy alta respecto al resto de la UE, mientras que el último examen de las autoridades comunitarias sigue situando a nuestro país como el peor de los 27 siendo el que tiene mayor déficit, más deuda, más paro y una de las mayores tasas de inflación. Indicadores agravados por una importante caída del consumo lo que aboca a una situación de estanflación -inflación alta sin crecimiento de la economía- a la que le puede seguir una crisis de deuda similar a la de 2008, pero con peor situación inicial que la de entonces.

A ello se añade que los sueldos reales en España han caído en torno al 5% durante los últimos doce meses siendo el segundo país de la Unión Europea con mayor descenso salarial, sólo por detrás de Grecia con un 7% de bajada. Lo que nos lleva  a ser el país cuya combinación de mayor tasa de paro de Europa con una de las mayores tasas de inflación nos sitúan a la cabeza del Índice de Miseria Okun, que mide el deterioro económico y de la calidad de vida de las clases medias y bajas de la sociedad. Con estos números y con los resultados de Andalucía todo apunta a que el cambio de ciclo político en España empieza a ser una realidad y, sobre todo, una necesidad.

Incluso dentro del PSOE son ya muchos quienes piensan que Pedro Sánchez tiene los días contados, aunque apuntan también que va a intentar por todos los medios agotar la legislatura. A España le corresponde la presidencia de la UE en el segundo trimestre de 2023 y a Sánchez su ego la pide ser presidente de Europa. Pero son también conscientes de que el desastre de Andalucía va a movilizar a los dirigentes regionales y locales en su contra para intentar salvarse ellos en las autonómicas y municipales de mayo próximo, mientras que la coalición de gobierno puede romperse antes de lo esperado.

El voto andaluz ha sido un voto por España, por la buena gestión, por la moderación, contra el frentismo y contra Sánchez, además de absolutamente extrapolable al conjunto de España y a unas generales. Porque los andaluces no han votado contra Juan Espadas, un candidato por otra parte anodino y sin carisma. Los andaluces han votado contra Pedro Sánchez y un gobierno incompetente. Han votado contra los indultos a los golpistas catalanes, contra el servilismo y la entrega de España a los delirios de los independentistas, contra los pactos con Bildu y el trato de favor a los presos etarras mientras se menosprecia a las víctimas del Terrorismo.

Han votado contra una política económica que nos ha llevado a liderar el paro, el déficit, la deuda y la inflación de la UE, abocándonos el empobrecimiento general hasta el punto de situarnos a la cabeza del índice de miseria Okun que mide el deterioro económico y de calidad de las clases medias y bajas de la sociedad. Y han votado también contra la mentira, el desprestigio internacional de España y contra los ataques de un gobierno autoritaria a la Justicia, al Estado de Derecho, a la división de poderes, a la democracia y a las libertades.

La incógnita esta en saber si en Moncloa y en Ferraz han aprendido del desastre y existe propósito de enmienda. Aunque a la vista de las declaraciones posteriores a los resultados y las reacciones que se anuncian todo apunta a que la apuesta de la sociedad Sánchez&Cia para mantenerse en el poder será malgastar más dinero público, aferrarse a los Frankestein y ceder a los chantajes del separatismo. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Aunque sea España.

 

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