Alejandra Kinlán, presidenta de la AEB, en el curso de la Apie. (Fotografía de Manuel Casamayón/ Apie).

La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, anuncia en el curso de la Apie un plan de inclusión financiera para facilitar el acceso a dinero en efectivo a medio millón de personas que ahora carecen de sucursales en sus municipios.

El plan, en el que también trabajan la CECA y la patonal de las cooperativas de crédit (Unacc) además de la Administración, está elaborando un mapa para conocer exactamente qué necesidades existen y, ante la falta de un punto de atención o de acceso a dinero efectivo, qué distancia debe recorrer los ciudadanos hasta el más cercano. La idea es presentar ese mapa antes del verano o, como muy tarde, en septiembre.

La banca quiere contar con todo tipo de fórmulas que garanticen el acceso a servicios financieros en las zonas rurales. «Correos puede ser un agente importante», señala Alejandra Kindelán.

«El cajero automático no lo resuelve todo, porque hay poblaciones en las que no es que el cajero sea caro, es que no se va a utilizar, porque los ciudadanos lo que reclaman es una atención presencial», explica.

El convenio colectivo no se debería modificar hasta 2024

La presidenta de la AEB reconoce que hay reuniones con los sindicatos para analizar la situación del sector con la inflación elevada y persistente, y se celebrará otro encuentro a principios de julio. Pero defiende que «el convenio de banca está cerrado a 2023, por lo que no tendríamos que hablar del convenio hasta 2024».

Sobre una hipotética fusión con la CECA, «tenemos muy buena relación, muy buena coordinación y muy buena disposición por las dos partes, estamos en proceso de intensa colaboración y el objetivo hoy no es la fusión, sino trabajar juntos», señala Alejandra Kindelán.

Sobre las subidas de tipos, la presidenta de la AEB garantiza que los bancos «se adaptarán a la situación, como siempre han hecho».

La morosidad está en niveles muy bajos que «no dan ninguna señal de preocupación», si bien el sector seguirá de cerca la situación. «La banca está, por supuesto, ocupada en vigilarlo pero tranquila».

Respecto a la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, vaticina «más costes, más complejidad, y más inseguridad jurídica».