Indra se desploma en Bolsa casi un 15% después del golpe de timón dado por tres accionistas relevantes: la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, la compañía Sapa y el fondo Amber que han cambiado la composición del consejo de administración de la empresa tecnológica. En la junta celebrada ayer se aprobó la salida de cinco consejeros independientes. La renovación del órgano de gobierno presagia además una modificación del rumbo de la compañía, que tendría un perfil más centrado en materia de defensa, ciberseguridad y aviónica.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha reaccionado a la junta, calificando como «llamativo y preocupante» el cese de consejeros independientes. El presidente de la entidad, Rodrigo Buenaventura, ha señalado que había hecho una petición de información a la que añadirá nuevos requerimientos en los próximos días. Y analizará si se han producido acciones concertadas que obliguen a lanzar una opa.

Pero hay más. El plan del Gobierno, desarrollado en los últimos meses, que tiene como objetivo controlar Indra a través de le SEPI y de socios afines cuenta con un perfil claramente estratégico: consolidarla como una compañía tecnológica de defensa, aviónica y de ciberseguridad, con participación en relevantes programas internacionales. Es una etapa marcada además por el aumento de los presupuestos de defesa en los países de la OTAN.

Con la alianza de la SEPI, primer accionista de la compañía, con Amber y Sapa se allana el camino además a la entrada de Indra en ITP Aero, objetivo del Ejecutivo que fue paralizado por el consejo saliente. Parece el momento idóneo, ya que la compañía vasca formalizará este mes la salida de Rolls-Royce y el acceso del fondo de inversión estadounidense Bain como principal accionista.

SEPI, Amber y Sapa –que también entrará en el consejo de ITP–tomaron el control del consejo de Indra tras nombrar a Jokin Aperribay (presidente de Sapa y de la Real Sociedad) como consejero dominical.