El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, avisa en la clausura del curso de la Apie que el aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) va a incrementar el porcentaje de empresas con presión financiera. La estimación del supervisor es que los gastos financieros de las empresas crecerán 1,8 puntos adicionales en 2024, con un incremento de 2,8 puntos respecto a 2021.

En el caso de los hogares, las subidas de tipos tendrán un efecto moderado sobre su capacidad de pago, fundamentalmente porque las hipotecas a tipo fijo ya suponen el 24,9% del total.

Pero el aumento de 1,6 puntos en el Euribor a 12 meses desde principios de 2022 se traducirá en que la proporción de familias con deuda que pasarán a tener una carga financiera elevada aumentará en dos puntos.

En el caso de la deuda pública, la carga financiera aumentará desde el 2,2% del PIB en 2021 al 2,5% en 2024. Y un aumento adicional de un punto en los tipos supondría una elevación de los pagos por intereses equivalente a cuatro décimas del PIB en 2024.

Pacto de rentas «implícito»

El gobernador del Banco de España reconoce que ya existe un pacto de rentas «implícito» por la falta de actualización generalizada de los salarios conforme a la inflación y una «moderación» de los márgenes empresariales en lo que va de año. Pero insiste en la conveniencia de alcanzar un acuerdo entre sindicatos y patronales para repartir los costes de la actual crisis de precios.

El acuerdo debe contemplar subidas salariales por debajo de la inflación real y  una moderación equivalente de los márgenes empresariales.

También avisa alGobierno que «las medidas fiscales deben ser focalizadas en los más vulnerables y ser de carácter temporal para no dañar el déficit estructural».

En el curso de la Apie aprovecha para lanzar un mensaje de optimismo sobre la evolución de la economía. Cree «muy, muy reducida» la revisión a la baja realizada por el Instituto Nacional de Estadística del crecimiento de la economía española en el primer trimestre y confía en una mejora en el segundo trimestre. Aunque se cura en salud y somete toda estimación a «uno de los momentos de mayor incertidumbre a los que los gestores de política económica se han tenido que enfrentar en las últimas décadas».