Trabajadores en oficina

El sector de las consultorías y tecnologías de la información (TIC) se acerca a un otoño convulso. La reunión celebrada ayer lunes fracasó después de que los sindicatos rechazaran la propuesta de elevar los salarios de entrada poco más que el salario mínimo profesional.

Los patrones parecen renunciar a su idea de “flexibilizar” la jornada hasta alcanzar las doce horas diarias, así como a incluir los sábados dentro de la jornada normal de trabajo, sin ninguna compensación.

Sin embargo, al no conseguir estas medidas de flexibilidad, se niegan a incluir en el convenio medidas que ofrezcan un umbral mínimo de derechos, como derechos de conciliación de la vida personal y profesional, una compensación por los gastos de teletrabajo y la reducción de la jornada que les demandan los sindicatos, afirmaron en fuentes de los sindicatos consultadas por este diario.

Los salarios continúan siendo la piedra angular que bloquea la renovación del convenio colectivo. De momento la patronal evitó pronunciarse, más allá de su última oferta que coloca los salarios de entrada en el sector en torno a los 14.250 euros anuales y unos 200 euros más para las categorías más bajas y las de mayor valor añadido — consultoría y desarrollo —, respectivamente, informa José Luis Mazón, responsable de UGT, presente en la reunión.

Los sindicatos consideran insuficiente esta oferta, que no mejora apenas en salario mínimo interprofesional (SMI). Y que contrasta por ejemplo con los salarios de entrada que paga, por ejemplo, el supermercado Mercadona, donde el empleado de la categoría más baja cobra el primer año más de 17.100 euros; un 15,5% más que un consultor.

Además, la patronal descarta elevar los salarios de sus trabajadores en 2021 a pesar de la inflación del 6,5% con que se cerró el año, continúan estas fuentes, según lo visto en la reunión de ayer.

Los sindicatos por su parte exigen a la patronal AEC, que entre otras agrupa a tres de las llamadas big four o cuatro grandes del sector, como son Deloitte, KPMG y EY; además de otras empresas como NTT Data, Accenture, Alten, Capgemini y otras, exigen una subida salarial del 3,5% en 2022; del 2,5% en 2023; y del 2% en 2024; con cláusulas de garantía salarial que compensen cada año la desviación del IPC.

Convenio de mínimos

Al retirar la exigencia de la flexibilidad horaria los empresarios juegan ahora la baza de pactar un convenio de mínimos; una “mera actualización” de las tablas salariales, que deje fuera conceptos como la retribución del teletrabajo, medidas de conciliación y otros asuntos reclamados por los sindicatos, indican estas fuentes.

Además la otra piedra angular de la negociación se centra en delimitar las funciones que puede hacer un trabajador de cada categoría profesional.

Actualmente el convenio estructura su clasificación profesional en cuatro grandes áreas, que los sindicatos juzgan insuficientes y que, según ellos, las empresas utilizan para malbaratar el sueldo de los consultores o informáticos, a los que las empresas incluyen en categorías inferiores a fin de abaratar sus salarios, reprochan.

Una “ambigüedad” con la que los sindicatos desean acabar, elevando hasta once las áreas profesionales, e incluyendo nuevas profesiones, como la ciberseguridad, por ejemplo.

Sin embargo, los patrones juzgan inasumible la propuesta sindical. Y emplazan a los sindicatos a presentar una nueva clasificación con menos áreas; por ejemplo, seis, siete u ocho, en lugar de once, afirma Mazón.

La próxima reunión tendrá lugar durante la tercera semana de septiembre, tras el paréntesis veraniego.

Otoño ‘caliente’

Los sindicatos se mostraron a favor de “endurecer” las protestas por el “bloqueo” del convenio colectivo que ya les llevó a la primera huelga del sector, el pasado 23 de junio, corrobora Raúl de la Torre, de Comisiones Obreras (CCOO).

Otras reclamaciones se centran en elevar la retribución del kilometraje, actualmente en 17 céntimos, pese a que “ningún” convenio plantea una retribución inferior a 19 céntimos, donde se sitúa además el mínimo exento en el impuesto sobre la renta IRPF, afirma Mazón; lograr una “reducción considerable” de la jornada anual de trabajo, fijada en 1.800 horas anuales, apunta De la Torre; y otras medidas de conciliación.

“La patronal ACE ha hecho oídos sordos a las propuestas sindicales a pesar del éxito de la huelga del pasado 23 de junio”, resume el responsable de CCOO.

“El futuro convenio no puede quedarse en una mera subida de tablas. Debe regular el sector. Hay que lograr un mínimo equilibrio”, concluye Mazón, de UGT.