Tragedia y carestía

29/06/2022

Luis Díez.

La descripción de los asuntos más lacerantes de la realidad (inflación, carestía y trágico asalto a la valla de Melilla) ocupó la sesión del control al Gobierno de esta última semana de junio, marcada por la cumbre de ampliación de la OTAN a Suecia y Finlandia. Aunque el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, no pudo asistir al pleno del Congreso, la vicepresidenta Nadia Calviño respondió al portavoz económico del PP, Jaime Eduardo de Olano, reconociendo que “no podemos parar la inflación”, un fenómeno que afecta a toda Europa y se deriva del cierre del grifo del gas y el petróleo rusos en represalia por el apoyo a Ucrania. “El aumento del precio del petróleo ha sido del 50%”, afirmó Calviño para explicar el incremento de la inflación al 10% en el mes de junio. Con todo, aseguró que “el Gobierno respalda con rapidez, equidad y justicia a los sectores más golpeados”.

Olano desvió el tiro hacia “los sospechosos manejos preelectorales” denunciados por su líder Alberto Nuñez Feijóo en relación con la sustitución del director del Instituto Nacional de Estadística (INE), las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y la sustitución de dos consejeros con apoyo de la SEPI en la tecnológica Indra, empresa puntera en el sector de la defensa, privatizada en su día por el Gobierno de Aznar. Pero Calviño se atuvo a la cuestión. “Ya es mala suerte que nos critique usted cuando la tarifa de la luz se sitúa en manos de la mitad de lo que pagan otros ciudadanos europeos. Ya es mala suerte que pidan ustedes bajada de impuestos cuando los suben al agua en Galicia, según una disposición que dejó preparada el señor Feijóo… Digan si van a apoyar el decreto con la reducción del IVA a la electricidad, el complemento a las pensiones mínimas y al ingreso mínimo vital, la congelación del precio de la bombona de gas… ¿Van a apoyar o no?”

Al PP, que no respaldó (se abstuvo) el anterior paquete de medidas, prorrogado y ampliado ahora, le parece fatal que las autoridades de la UE sitúen a España como motor de la recuperación, que hayan dado el visto bueno a los hitos para librar otros 12.000 millones de euros del plan anti crisis y que se esté creando empleo fijo a un ritmo incompatible con los índices de crecimiento e inflación que viene aportado el INE sin que se sepa la causa de tan extraña incompetencia. Tal vez la nueva dirección del ente estadístico pueda aclararla.

Sobre el otro asunto lacerante, el asalto de cientos de inmigrantes a la valla fronteriza de Melilla, registrado el viernes, 24 de junio, con un saldo de 37 muertos (cifra de las ONGs, a falta de datos oficiales), el diputado del PP José Antonio Bermúdez de Castro manifestó su solidaridad con los gendarmes marroquíes y con los guardias civiles españoles heridos, al tiempo que deploró las palabras del presidente Sánchez en el sentido de que “el problema estaba bien resuelto”. En su respuesta, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlasca, expresó su pesar a los familiares de los inmigrantes fallecidos, pero lejos de considerar desproporcionada la respuesta de los gendarmes marroquíes a la avalancha, dijo que “un país democrático y un Estado de Derecho no puede acepta en modo alguno ataques violentos a su frontera y a sus fuerzas de seguridad”.

Iñigo Barandiarán, del PNV, invocó la moción aprobada el 2 de febrero pasado para exigir la humanización del trato a los inmigrantes sin papeles, denunció la muerte de uno de ellos en la frontera interior del río Bidasoa y expresó su dolor por los 37 fallecidos y decenas de heridos en la valla entre Melilla y Nador. Sobre todo reclamó “más respeto a los derechos humanos y menos justificación por parte del presidente del Gobierno”. En este punto Grande Marlasca respondió: “Espero que retire esas palabras porque el presidente nunca ha justificado esta tragedia”.

El ministro, que con anterioridad había pedido que no manipulasen las palabras de Sánchez (“no había visto las terribles imágenes”, aclaró el jefe del Gobierno en declaraciones a la Cadena Ser), sostuvo que “la protección de las vidas humanas es nuestra principal obligación” y que para ello colaboran con las autoridades de los países de origen, ordenando los flujos y tratando de evitar que caigan en las redes mafiosas. En ningún momento el ministro dio datos exactos de los inmigrantes muertos y heridos ni manifestó su opinión sobre el hecho de que sean enterrados en suelo marroquí sin autopsia previa. En el asalto a la valla resultaron heridos cincuenta guardias civiles españoles y ciento cuarenta gendarmes del país vecino, hacia los que el ministro tuvo palabras de apoyo y solidaridad.

La necesidad de atención a los países africanos en situaciones lacerantes de hambre, superpoblación y guerra era precisamente uno de los objetivos del Gobierno español en la cumbre de la OTAN. Se trataba de que la Alianza de los países democráticos más desarrollados, ricos y poderosos realizara un esfuerzo de liderazgo y cooperación continua en el continente africano, aunque la invasión de Ucrania por decisión del sátrapa del Kremlin, Vladimir Putin, ha dejado el flaco sur en lo que el ministro de Exteriores llama “una mirada”.

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