¡Gracias, generosa…!

04/07/2022

J.M. Miner Liceaga.

O sea, que tengo una pensión que ni siquiera se acerca a los mil euros después de trabajar durante no sé cuantos años y resulta que a la señora se le ocurre que parte de las retenciones que se me hacen pueden ir a parar a personas que individualmente o de manera conjunta ganan al año 100.000 euros. Nobleza obliga: el propósito es que esos niños de papá y mamá dispongan también de becas en sus respectivos colegios privados…

¡Y se habrá quedado tan ancha!

No se sabe a ciencia cierta si la ocurrencia ha sido personal e intransferible o habrá tenido ayuda de alguno de sus asesores. Hay, ciertamente, que echarle valor para tamaño dislate. Los hay que no tienen para llegar a fin de mes y otros que nadan en la abundancia y pueden recibir un plus para que las criaturas no se sientan discriminadas respecto a los alumnos de los colegios públicos que reciben becas por su aplicación escolar.

¿De verdad se desayuna la señora con proteínas e hidratos de carbono, que es lo que aconsejan los nutricionistas? ¿O tiene algún complemento alimenticio que despeja la mente y deja fluir la ideas como si fuera un vuelco de las mismas?

La verdad es que no para. Uno no sabe a ciencia cierta si es que se ha propuesto salir en las primeras páginas de papel prensa, en los digitales, en los informativos radiofónicos en los telediarios… sin importarle en exceso si alaban sus propuestas o critican sus decisiones. El caso, parece ser, es que hay que salir como sea. Lo mismo le da una rotonda en Miami que la señalen por sus gracietas, impregnadas siempre de libertad. Y con cuanta más frecuencia, mejor.

No ha mucho, saltó a la palestra con otra preciosa afirmación: la de que no ganaba lo suficiente para comprarse un pisito en la capital del reino. ¡Una lástima! A más de uno se le habrá ocurrido proponer una colecta para ayudarla en la hipoteca, que tendrá que firmar sin duda si al final se decide cambiar de morada. El humilde consejo, de acuerdo con lo que dicen los entendidos, es que rechace  los tipos variables y se decida por los fijos. Así, además, sabrá o podrá tener conciencia e incluso consciencia de cuanto le resta de su modesta nómina mensual para atender a sus otras necesidades, que se supone tiene o debe tener,

Y puestos en este plan podría solicitarse también que el coche oficial de que debe disponer, con escoltas y todo, pagados por cierto con dinero público y con  el añadido de que estos buenos señores que la cuidan también tienen sus correspondientes retenciones y parte de tales dineros pudieran ir destinados a pagar las becas de las posibles criaturas que pueda tener en el futuro la señora a la que cuidan y protegen…, pues eso… que igual resultaría conveniente que la autoridad competente le dejara el coche oficial los fines de semana, con el depósito lleno de carburante, por supuesto, para que pueda ir al super a realizar la compra para la semana… Es otra manera de ganar votos…

Becas para los niños de papás con posibles; soldadas que no llegan para adquirir una vivienda digna… y es que los pisos han subido mucho en los últimos años y más que van a subir que dicen algunos responsables ilusos del sector… ¡Con la que está cayendo! Con el precio de los productos alimenticios, de los carburantes, de los viajes por tierra, mar y aire por la nubes, resulta, dicen, que las viviendas van a alcanzar la estratosfera… Bueno, quizá si las puedan adquirir aquellas familias que reciban becas para sus hijos -los de los 100.000, claro- y lo que se ahorren en este concepto lo inviertan en el sector de la vivienda nueva, o de segunda mano, si es que quieren instalarse en el barrio de Salamanca.

Benditas ideas. Y lo mejor es que parece importarles un pepino, a la señora y a su grupo, que las críticas les lluevan a pedradas. Siempre hay una salida, como la de considerar que los 100.000 pertenecen al conjunto de la pareja. Es decir, que trabajan los dos emparejados o los dos cónyuges… ¡Vaya suerte que tienen los elegidos! Se supone que los monoparentales están igualmente incluidos… Parece no haber distinción de genero, sexo, confesión religiosa o lo que ustedes quieran añadir.

Un hurra, o dos, o tres, o los que también ustedes quieran para la señora. Lo que no nos gustaría en que decayera la fiesta y frene en sus ímpetu idealistas… Hay una buena parte de la población que espera con ansiedad y con los ansiolíticos preparados de antemano, por si acaso. Para la próxima, si de verdad quiere seguir en el candelero, tendrá que esmerarse bastante. O administrarse mejor si se empeña en un pisito bueno, bonito y barato. En Orcasitas los hay muy “apañaos”… y en la Moraleja… Señor, señor…

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