El INE confirma que el IPC se situó en el 10,2% en junio

13/07/2022

diarioabierto.es. "Toca subir los salarios y que las empresas con grandes beneficios arrimen el hombro", consideran en UGT, que pide vigilar los márgenes de éstas.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 1,9% en junio en relación al mes anterior y disparó su tasa interanual 1,5 puntos, hasta el 10,2%, su nivel más alto desde abril de 1985, según los datos definitivos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Éste confirma así el dato que avanzó a finales de junio, aunque ha elevado una décima el aumento mensual adelantado, desde el 1,8% al 1,9%, tasa más de un punto superior a la del mes anterior y su mayor alza en un mes de junio desde 1977.

Con el repunte de junio, la inflación encadena dos meses consecutivos de ascensos en su tasa interanual después de que en abril se moderara 1,5 puntos, hasta el 8,3%. Después, en mayo, escaló hasta el 8,7% y en junio ha superado los dos dígitos: 10,2%. El dato de junio supera en cuatro décimas el máximo anual que se había alcanzado en marzo, del 9,8%.

Según el INE, la escalada del IPC interanual hasta el 10,2% en junio se debe, principalmente, a las subidas de los precios de los carburantes, de los combustibles para calefacción, de la electricidad, de la restauración y los hoteles, y de los alimentos.

Éstos registraron en junio una subida interanual del 12,9%, tasa casi dos puntos superior a la de mayo y la más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994. Destaca, especialmente, el encarecimiento de frutas, legumbres y hortalizas, carne, pan, cereales y leche, queso y huevos.

Por su parte, el alza de los precios de los carburantes llevó a la tasa interanual del grupo de transporte hasta el 19,2%, más de cuatro puntos por encima de la registrada en mayo, y los precios de la restauración provocaron que el grupo de hoteles, cafés y restaurantes elevara su tasa interanual en junio hasta el 7,2%, nueve décimas más que en mayo.

La tasa interanual del grupo de vivienda se elevó 1,5 puntos en junio, hasta el 19%, por el mayor coste de la electricidad y de los combustibles para calefacción.

Sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, el IPC interanual alcanzó en junio el 11,1%, nueve décimas por encima de la tasa general del 10,2%.

En el último año, la calefacción, el alumbrado y la distribución de agua se han encarecido un 35%; los aceites y grasas han elevado sus precios un 37%; los huevos son un 23,9% más caros; y el transporte personal cuesta un 19,7% más por el mayor coste de los carburantes. Además, muchos alimentos registran subidas de dos dígitos en sus precios, como la leche (+20,4%) y las frutas frescas (+19,3%).

La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en junio seis décimas, hasta el 5,5%, su valor más alto desde agosto de 1993.

En el sexto mes de 2022, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 10%, lo que supone 1,5 puntos más que en mayo. Por su parte, el indicador adelantado del IPCA aumentó un 1,9% en tasa mensual.

UGT reclama que las empresas «arrimen el hombro»

«Toca subir los salarios y que las empresas con grandes beneficios arrimen el hombro», consideran en UGT. «Los salarios necesitan crecer y se deben incluir cláusulas de revisión salarial en todos los convenios para evitar la pérdida de poder adquisitivo de las personas trabajadoras», señalan en el sindicato, que mantiene que «hay que seguir protegiendo a las rentas más desfavorecidas y atajar el aumento excesivo de los márgenes de las empresas de los sectores energéticos y de otros que están aprovechando la situación para especular y elevar sus beneficios». En este sentido, considera que las medidas anunciadas en el Debate sobre el Estado de la Nación por Pedro Sánchez «van en la buena dirección».

UGT destaca que la elevada inflación se produce a pesar de que el crecimiento salarial de convenio se encuentra, para los mismos seis primeros meses del año, en el 2,45%, menos de la cuarta parte del aumento del Índice de Precios de Consumo. La consecuencia inmediata para los trabajadores «es una fuerte reducción de su capacidad adquisitiva que les empobrece». «Para evitarlo, y para que se pueda mantener la demanda y el crecimiento económico, es fundamental lograr subidas salariales más elevadas que las que se están produciendo, coherentes con la inflación. Paralelamente, se debe extender el uso de las cláusulas de garantía salarial en los convenios colectivos, para afrontar la incertidumbre que presenta la evolución de los precios. Porque las personas trabajadoras no pueden ser las paganas de una inflación que no tiene su origen en los salarios, sino en el aumento de precio energéticos y la expansión de los márgenes de beneficios de muchas empresas», argumentan en el sindicato.

«Y, para proteger al colectivo de trabajadores más vulnerables, es imprescindible que se haga una apuesta decidida por incrementar el Salario Mínimo Interprofesional, cuyas recientes subidas han logrado una mejora de las condiciones de vida de aquellas personas trabajadoras con rentas más bajas y una reducción de las desigualdades, pero la elevada inflación está mermando ese impacto positivo», insiste UGT, que reclama al Gobierno «vigilar de manera más contundente el comportamiento especulativo de otros sectores responsables de la espiral inflacionista, impulsando mayor competencia, fijando precios máximos y estableciendo sanciones disuasorias para los especuladores».

Es un IPC que “empobrece aún más a los trabajadores y demuestra que los efectos de las políticas de remiendos duran un mes”, manifiesta Joaquín Pérez, secretario general de USO. “La pérdida salarial de quienes tienen convenio es ya casi del 10 %, ante una subida media del 2,45 %”, subraya.

“La espiral inflacionaria de todo tipo de energía, eléctrica y de combustibles, se repercute ya en todos los bienes. Pero es especialmente grave en la alimentación. Estamos ante la mayor subida histórica de lo más básico para una persona, los alimentos. Ya es del 13 %. Entendemos que autónomos y pequeñas empresas tengan que elevar los costes, por ello es más urgente que nunca diseñar dos políticas a largo plazo: la energética y la fiscal. Tan urgente como que era para ayer. Y debe hacerse con lealtad institucional por parte de todos los grupos políticos, un gran Pacto de Estado. Es lo único que puede entender la ciudadanía ante los problemas que nos apremian”, pide el secretario general de USO.

En materia de salarios, “sí puede haber algunas empresas que lo estén pasando peor, pero no es la tónica general. En un contexto de ganancias históricas para la gran empresa, los salarios deben subir en consonancia a dichos beneficios y al IPC. Y esto acabará repercutiendo en el conjunto de la macroeconomía y el bienestar de las familias, sin importar sector. La contracción, con un 10 % menos de capacidad de consumo, es un nuevo suicidio económico y, sobre todo, social”, subraya.

eToro: España queda 1,5 puntos por encima de la Eurozona

Javier Molina, portavoz en España de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, destaca que con el IPC definitivo de junio España queda por encima de la zona euro en más de un 1,5 puntos porcentuales, lo que tiene un impacto negativo para la balanza comercial.

«En el epicentro está la emisión de dinero, por el Covid y los tipos negativos, y el alza del precio de la energía. Todo eso ha llevado a que veamos una reducción de la capacidad adquisitiva de los salarios y un impacto sobre el consumo privado. Aunque del lado macro tenemos un aumento de impuestos, al no deflactarlos, y que se reduce el valor de las deudas, no cabe duda de que vamos a ver que ese impacto del consumo se va a prolongar lo que queda del año», advierte.

«Los puntos clave a destacar ahora serían unas alzas de tipos de interés más altas de lo que descuenta el mercado; esa paridad del euro/dólar, que se puede llegar a perder; y el precio del petróleo, que puede ser el punto clave que nos diga si este mes de junio podemos haber tocado un techo», añade.

«Con la temporada turística aún por delante, estamos viendo una demanda elevada y un fuerte incremento de precios, por lo que en julio y agosto todavía vamos a estar en esos niveles de doble digito, quizás ya por debajo del 10% en agosto», vaticina.

«Esa inflación elevada va a traer una segunda parte del año, sobre todo el último trimestre, con una caída fuerte de las ventas minoristas y del consumo. Además, los miedos a la recesión cada vez van tomando más forma, lo que está causando ahora mismo fuertes ajustes del precio petróleo – la zona de los 90 a 100 dólares por barril puede prevalecer en las próximas semanas- que serán temporales, pero ayudarán a la inflación», pronostica.

«La pregunta, por tanto, es si este dato será el techo o no. Considero que las cifras de julio serán malas, aunque en agosto ya se verá un descenso y, después, una caída fuerte en la última parte del año», concluye este experto..

Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, cree que los bancos centrales «llegaron tarde a la amenaza de la inflación y, por lo tanto, están aumentando los tipos de interés en esta desaceleración económica». «Cuanto más dure esto, más probable será una recesión», avisa.

«Los mercados están en una carrera de alto riesgo entre una inflación más baja y una recesión. Una caída de la inflación en la segunda mitad de 2022, con el fin de las subidas de tipos de la Fed, es el gran catalizador del mercado», apunta.

«Las preocupaciones sobre la inflación están superando, con razón, a las de la recesión. La primera impulsa al segundo», señala este experto, que destaca que los mercados están descontando un aumento más pronunciado de los tipos de interés de Estados Unidos, del 0,75% en la reunión del 27 de julio, seguido de dos aumentos consecutivos adicionales del 0,50%. «Ésta es una estrategia continua de ‘conmoción y pavor’ de la Fed para recuperar la iniciativa y la credibilidad de la lucha contra la inflación. Esto pone el pico en las subidas de tipos alrededor de Navidad, seguido de un período de ‘esperar y ver’ antes de que comiencen los recortes de tipos a mediados de 2023», concluye.

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