Angel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, y Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas. 

El director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, y el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, reclama que los agentes sociales y el Gobierno acuerden «de manera urgente» un pacto de rentas amplio, que incluya a los empleados públicos y a los pensionistas, «al nivel que corresponda».

El pacto de rentas evitará una espiral de precios y salarios «que tendería a enquistar la inflación», lo que supondría un «lastre» difícil de superar para la recuperación económica, argumentan..

Las dos instituciones también demandan más protección a los ciudadanos en riesgo de exclusión y a los sectores productivos más golpeados por el alza de precios mediante ayudas directas en forma de transferencias no condicionadas. Defienden deflactar la escala de gravamen del IRPF, ajustando al alza los intervalos de renta a los que se aplica cada tipo, con el fin compensar la pérdida de poder de compra real.

En cuanto a los nuevos impuestos a las compañías energéticas y a las entidades financieras anunciados por el presidente del Gobierno, el Consejo General de Economistas y Fedea  avisan, a la espera de una mayor concreción, que la introducción de tasas ‘ad hoc’ que graven de forma diferenciada a determinados sectores no suele ser recomendable, porque genera un elemento de «inseguridad jurídica» que hace el país menos atractivo para la inversión y la actividad económica.

Los impuestos a las eléctricas deberían ser diseñados «con cuidado», pues ya existen otros mecanismos para detraer posibles rentas extraordinarias del sector y, como advierte la Comisión Europea, «un exceso de celo en esta línea tenderá a desincentivar la inversión en nueva capacidad renovable».

«En el caso de las entidades financieras, además, es muy difícil argumentar que el inicio de la normalización de los tipos de interés pueda estar generando grandes beneficios atípicos», subrayan ambas entidades.

Tanto Fedea como el Consejo General afirman que la banca lleva años operando en un escenario complejo, caracterizado por la «estrechez de los márgenes» y se enfrenta en el futuro inmediato a «significativos riesgos de morosidad» derivados de la pandemia.