La riqueza y diversidad indígena de Centroamérica

04/08/2022

Carmela Díaz.

Centroamérica y República Dominicana, además de contar con una belleza geográfica y paisajística impresionante, son territorios con una gran diversidad de gentes. Allí es posible encontrar diferentes grupos étnicos y tribales que configuran, en gran medida, la identidad de cada uno de los países donde habitan, con modos de vida y costumbres fascinantes. A continuación nos adentramos en algunas de estas comunidades para descubrir sus orígenes y tradiciones.

Los taínos. Los indios taíno arawak, con fama de ser valientes y habilidosos, se asentaron en el lado de la isla Hispaniola, ahora República Dominicana, mucho antes de que Cristóbal Colón y los españoles llegaran allí. Vivían en diferentes tribus, cada una subordinada a un jefe llamado cacique, y usaban las plantas como medicina, eran agricultores y tenían el talento por las artesanías ampliamente desarrollado. En la actualidad se pueden apreciar sus pinturas y grabados rupestres en cuevas de Samaná, Bayahibe, San Cristóbal y Enriquillo. Además, numerosos objetos de la época taína se exhiben en el Museo del Hombre Dominicano, en Santo Domingo y en el Museo Arqueológico Regional Altos de Chavón, en La Romana.

Los bribri. Alrededor de ocho tribus autóctonas se reparten en veinticuatro territorios distintos de Costa Rica y hablan hasta seis idiomas diferentes; el pueblo bribri es, quizás, el más conocido de ellos y habita, principalmente en las tierras bajas boscosas de Talamanca, en la provincia de Limón. Traducido de su lengua tribal, su nombre significa valiente, audaz o enérgico. Actualmente continúan viviendo de la agricultura y del cultivo y venta de plátanos y cacao, algo que también juega un papel importante en sus rituales espirituales y de sanación. La Asociación de Guías Turísticos Indígenas Bribris de Talamanca (AGITUBRIT) ofrece recorridos turísticos, con guías locales, para conocer su forma de vida.

Los ngöbe-buglé. Alrededor del 12% de los panameños tienen orígenes indígenas o se identifican con un pueblo indígena, de los siete que actualmente siguen habitando en el país; los ngäbe, los buglé, los guna, los emberá, los wounaan, los bribri y los naso tjërdi. Juntas, las tribus ngöbe y buglé suman una población de unos 200.000 individuos, formando el pueblo indígena más grande que comparte un territorio común. Las mujeres ngöbe-buglé juegan un papel importante en la tribu, ya que no solo son responsables del hogar, sino también de la agricultura y de las artesanías. Uno de los productos artesanales más típico son las bolsas de chácara, tejidas a mano con fibras naturales y teñidas con materiales naturales obtenidos en el bosque.

Los garífunas. Aunque el pueblo caribeño garífuna, descendiente de africanos y aborígenes arahuacos, se asentó también en Belice, Guatemala y Nicaragua, es en Honduras donde tiene su mayor población actualmente. Según la tradición, los garífunas surgieron en 1635 tras el naufragio de un barco negrero procedente de África Occidental frente a San Vicente. En su cultura, las influencias africanas, francesas, británicas y españolas se fusionaron en algo muy singular, que aún se refleja en su idioma, el igñeri. Aunque hay comunidades garífunas en muchos territorios costeros de Honduras, Bajamar, Travesía y Puerto Cortés son lugares en los que acercarse a sus tradiciones; desde los ritmos de la punta con instrumentos únicos hasta el guífiti, una bebida elaborada a partir de hierbas, raíces, especias y aguardiente.

 

La etnia náhuatl-pipil. El Salvador cuenta con tres etnias características: los kakawiras, los lencas y los náhuatl-pipil; estos últimos dieron el nombre a zonas como Cuzcatlán. Una de las mayores curiosidades de este país es que resulta muy fácil encontrar etnias que conservan su cultura y lenguaje intacto; por ejemplo, el empleo de la lengua náhuatl es habitual en zonas con presencia indígena sobre todo al occidente del país. En Juayúa y Nahuizalco, dos municipios de la Ruta de las Flores, puede conocerse la cultura nahuat pipil, acercándose al Museo Conmemorativo Náhuatl Pipil, que reúne información sobre los asentamientos indígenas, la historia y detalles de la masacre de 1932, acontecimiento que marcó a El Salvador.

Más información: www.visitcentroamerica.com

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