Las medidas de ahorro energético decretadas por el Gobierno y en vigor desde el miércoles, 10 de agosto, han soliviando a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La defensora de la iluminación de los escaparates durante la noche, ha dado la orden a sus consejeros de que recurran las restricciones ante el Tribunal Constitucional. Desde su residencia vacacional se ha quejado de los daños al turismo y a la seguridad ciudadana. Eso sin contar la invasión de competencias autonómicas e incluso locales del decreto gubernamental.

Puesto que el Congreso está de vacaciones, del último encuentro (el lunes, 8 de agosto) entre la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Democrático, salieron algunas enmiendas de las medidas iniciales. Para hacerlas más llevaderas, redujeron por razones laborales de 27 a 25 grados centígrados la temperatura mínima autorizada del aire acondicionado y se concedió margen a los responsables locales para flexibilizar otras. Se mantuvieron, no obstante, las esenciales con el fin de reducir el consumo un 7% y cumplir el compromiso solidario con Ucrania, víctima de la invasión rusa, y con los países de la UE más afectados por el corte del suministro del gas siberiano, singularmente Polonia y Alemania, la locomotora europea.

Tal vez no valga la pena recordar los esfuerzos negociadores para conseguir que el recorte energético de España y Portugal sea la mitad del que aplican los restantes países de la UE, habida cuenta de que el término “solidaridad” es ajeno a la derecha y, por otra parte, su único objetivo es acabar con eso que llaman “sanchismo” para no decir “socialismo democrático”. Tampoco resulta muy útil el argumento del cambio climático ante una derecha cerril y negacionista. No es que tengan mucho dinero y puedan emitir CO2 pagando, es que el planeta pertenece al común y Naciones Unidas y la UE han sido claros (y deberían ser más estrictos) en las restricciones, pues los daños son enormes. Aquí, donde cualquier botarate con representación parlamentaria se permite el lujo de decirnos que vayamos con corbata a la playa, solo por llevar la contraria al presidente Pedro Sánchez, convendría recomendarle una visita a Pinet (Alicante) para que observara la subida del mar. De las temperaturas desaforadas, los incendios y las “danas” para qué hablar.

El caso es que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se mostró de acuerdo con la necesidad de arbitrar medidas de ahorro energético. En la conferencia sectorial al efecto, las autonomías gobernadas por el PP saludaron el logro gubernamental de un porcentaje inferior al de la UE y manifestaron su disposición a aplicarlas. Sin embargo Ayuso y su aliado en este viaje, el alcalde Almeida, incapaces de regular la jornada laboral de los barrenderos para evitar que mueran golpeados por las olas de calor, consideran inconstitucional la orden de apagar los escaparates a las diez de la noche. Es tremendo. Desde luego, miles de turistas visitan Madrid para ver sus famosos escaparates a partir de las diez de la noche, unos escaparates que, como si no hubiera alumbrado público, contribuyen a la seguridad. Tremendo.