Sabemos por qué Makkila está de moda

11/08/2022

Carmela Díaz.

 

En los últimos meses todos hablan (y comen) en los diversos establecimientos que Makkila tiene en la capital. El grupo surgió de la pasión por la gastronomía de sus fundadores y, aunque en los inicios se basó en un modelo de pinchos y raciones para los más jóvenes, ahora han evolucionado hacia un modelo más actual y con mayor peso gastronómico, donde todos tienen cabida y en el que mantienen el protagonismo de la cocina española, pero con toques de fusión de otras culturas culinarias.

Uno de los grandes aciertos es la buena elección de las ubicaciones de sus restaurantes, locales a los que luego dotan de encanto y personalidad. Los eligen con paciencia y trabajan los interiorismos a conciencia. Suelen crear distintos ambientes con una base clásica y elegante, con piezas originales y únicas de esencia característica de nuestro país: crean lugares acogedores donde desconectar y disfrutar. Desde bibliotecas llenas de libros y elementos de la cultura pop española hasta cuadros de Lola Flores o trajes de luces para sumergirse en el espíritu madrileño más castizo.

La nueva propuesta de Makkila, convertida en una casa de comidas donde poder disfrutar de una experiencia total más allá del tapeo, se guía por productos frescos para crear platos ideales para compartir con familia y amigos; todos son elaborados a diario y 100% caseros.

¿Qué hay que pedir en Makkila? Algunos imprescindibles de la carta son la clásica tortilla poco cuajada con cebolla caramelizada; la ensaladilla rusa; sus croquetas, bien de pollo asado o de carbonara con queso Idiazabal, ambas muy ricas. Podemos encontrar platos de toda la vida, pero fusionados e influenciados con las mejores esencias gastronómicas de otras partes del mundo, como el taco de oreja con mayonesa Kimchi y crema de aguacate; las zamburiñas al sweet chili y cebolleta china; o sus baos de torreznos glaseados o los de mollejas.

Ahora, durante los meses cálidos, uno de los mejores restaurantes del grupo para quedar a comer o cenar, es el que se sitúa en la confluencia de la calle Almagro con Zurbano; además, su terraza está siempre muy concurrida y animada. Aquí son imperdibles el salmorejo cordobés o el ajoblanco con helado de melón y almendras. El bienmesabe gaditano con mayonesa de cilantro; el ceviche de corvina y gambones; la ensalada de tomate ibérico con piparras y ventresca; o la burratina de Puglia con ensalada de tomates sicilianos, albahaca y dátiles. Entre sus platos más elaborados no te pierdas el pad thai de gambones al ajillo; el arroz meloso con carabineros y sepia; o la lasaña de calabacín con boloñesa y bechamel de cebolla. Entre los pescados tienes que probar el fish & chips al estilo Makkila con patatas confitadas y mayonesa de cilantro; y en las carnes te puedes decantar por su tataki de lomo bajo, el jarrete de ibérico glaseado, su famoso rabo de toro al estilo pequinés o el cachopo de ternera con cecina y queso semicurado. Entre los dulces, la torrija, la tarta de chocolate o la tarta crujiente de manzana son opciones ganadoras. En definitiva, en sus cocinas no hay reglas, pero han sabido mantener la base tradicional nuestra cocina patria aportando toques de fusión, consiguiendo crear establecimientos modernos, divertidos, bien situados, en los que se puede viajar y disfrutar a través de sus bocados.

 

 

Precios y direcciones. Se puede comer por unos 30 euros por comensal. Además del restaurante de Almagro, también hay Makkilas en Serrano, 110; Fernando VI, 2; Nuñez de Balboa, 75; y Príncipe de Vergara, 204.

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