Europa está modificando su política energética y busca establecer un sistema de suministro que evite los riesgos actuales. Con este objetivo, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha anunciado que impulsará la construcción de un gasoducto que una la Península Ibérica con el centro de Europa. Es una propuesta que le ha llevado a tener contactos con los Gobiernos de España, Portugal y Francia, así como las autoridades de la UE. El encuentro con el presidente francés. Emmanuel Macron, puede ser clave para vencer la reticencias de ese país al proyecto.

Scholz, que lleva este plan a Bruselas para que forme parte de las infraestructuras energéticas que se apoyen con dinero de la UE, ha subrayado que si se hubiese reforzado antes las conexiones con la Península Ibérica, que cuenta con el mayor número de plantas de regasificación, se «habría podido contribuir masivamente para aliviar» los problemas del suministro de gas. Problemas que se han precipitado con el uso de de las materias primas energéticas que posee como arma de guerra desde la invasión de Ucrania lo que afecta, entre otros países, a  Alemania que depende en la compra del gas de las decisiones del Kremlin.

Ante este plan, que ahora lidera Berlín, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha valorado de forma positiva la propuesta de Scholz, que está en línea con lo que España ha defendido, si bien reclamando que en las inversiones participe la financiación de la UE, así como una mayor implicación de la Comisión y del Consejo de Europa. El plan de ampliar la conexión intereuropea que puede afectar a varios proyectos podría tener varias fases, y Ribera ha señalado que España podría incrementar las exportaciones de gas a Europa entre un 20% y un 30% en pocos meses.

Ribera ha hablado en declaraciones a RTVE del proyecto Midcat, que uniría España con Francia desde los Pirineos catalanes. Esa interconexión puede estar operativa en ocho o nueve meses del lado de la frontera española. Si  bien, ha destacado que para el desarrollo «es fundamental ir de la mano de Francia”. A corto plazo España también podría ampliar la capacidad de bombeo de los gasoductos ya existentes.

Y confía en que la “emergencia energética” que vive la UE permita activar esta solución que durante muchos años ha estado «encima de la mesa y nunca se ha desarrollado por la oposición de Francia». Ha lamentado además que ha supuesto que España y Portugal hayan quedado aislados.