El presidente francés, Emmanuel Macron, y el cancileer alemán Olaf Scholz
AFP

Aún no se ha producido una reacción formal del Gobierno francés respecto al proyecto de construcción de nuevo gasoducto que una España y Portugal con los países de centroeuropeos, pero ya argumenta en contra. El ministerio de Transición Energética de ese país estima que el desarrollo de esa red precisaría de muchos años para que esté operativo.

De esta forma, según Paris, no daría una solución a la crisis de suministro que ha llegado a Europa con la invasión de Ucrania por Rusia. Por el contrario, defiende la construcción de plantas de regasificación en otros lugares europeos para posibilitar la llegada de metaneros de diversas parte del mundo, como ocurre en la península ibérica. Y defiende la instalación de nuevas terminales, pese a que también esgrime el argumento de que el gasoducto supondría una apuesta por los combustibles fósiles.

Con esta posición, pese a que todavía no se ha pronunciado el presidente Macron, reduce las expectativas positivas que se crearon con el discurso de apoyo del canciller alemán Scholz. Si bien la reacción que ha avanzado el departamento que dirige Agnès Pannier-Runacher, España y Portugal cuentan ahora con un respaldo más que relevante que ha llegado desde Berlín.

El ministerio francés descarta también la posibilidad de que la nueva red con España se utilice en el futuro para el transporte de hidrógeno verde, que se produciría con las centrales renovables españolas y portuguesas de las que prácticamente carece Francia. En el fondo de esta posición está la estrategia de evitar que España y Portugal (que tienen plantas de regasificación y centrales renovables) se conviertan en actores protagonistas en la que se decanta como energía de futuro en el sur de Europa.

Con la temporada de aumento del consumo doméstico de gas a punto de iniciarse, varios países europeos, entre ellos Alemania e Italia, no han podido cumplir con los objetivos de tener sus infraestructuras de almacenamiento de gas al menos al 80%, la compañía que gestiona las redes gasistas alemanas prevé un duro invierno y circunstancias similares para el año próximo si no aumentan las fuentes de suministro de gas.