El presidente ruso, Vladímir Putin
Kremlin/dpa

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha dado el paso que en Occidente y en otras áreas del mundo se temía ante los problemas a los que se enfrenta en la invasión de Ucrania. Ha ordenado una movilización parcial de los reservistas que afecta a 300.000 personas que entra en vigor este miércoles, pero que podría ampliarse según las necesidades del país, según fuentes internacionales.

Es una medida que además de impopular en Rusia reduce las posibilidades de que los movimientos, que lidera el presidente turco Erdogan y que están encaminados a sentar en una mesa de negociaciones a los países más implicados, tengan un a oportunidad a corto plazo. Los expertos consideran que la movilización muestra el fracaso de la estrategia desarrollada por Rusia en Ucrania.

La entrada en el conflicto de miles de soldados adicionales rusos añade presión al conflicto bélico que se traslada a los mercados de materias primas, en especial las energéticas pero también agrícolas, como el trigo. Los futuros del Brent, petróleo de referencia en Europa subieron más de un 3% hasta los 93 dólares el barril, si bien ha cerrado en lo 90 dólares. En el ambiente del mercado preocupa que si la guerra se alarga y se agrava produzca nuevas interrupciones en la cadena de suministro, pero además pesa el temor a la recesión en dirección contraria.

El impacto es más evidente en el gas, el principal arma económica utilizada por Putin para presionar a Europa. Sube a cerca de ocho dólares por millón de unidades térmicas británicas, lejos de los precios récord pero dando un giro respecto a la trayectoria anterior. Un comportamiento que es similar en Europa, en donde, asimismo, con elevada volatilidad se estaba percibiendo una tendencia bajista. Ahora se vuelve a más de 200 euros por megavatio-hora.

Las palabras de Putin no hacen tampoco prever que una posibles conversaciones de paz tengan ahora una oportunidad o que se pacte un alto en fuego, como pide el Gobierno de China. En su intervención dirigida a los ciudadanos de su país ha acusado a Occidente de intentar destruir Rusia y ha advertido que utilizará todos los medios a su alcance para proteger el país. Y esto no es un farol, ha añadido.

Solo horas después de este discurso miles de rusos están intentando salir del país: los billetes hacia Turquía y Armenia estaban agotados. Para la ministra de Transición Energética española, Teresa Rivera, se trata de una noticia muy grave y que hace prever un invierno muy difícil. Y la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha calificado de preocupante y dramática la intervención de Putin.