Se veía venir. Las encuestas ya lo adelantaban, aunque en nuestro fuero interno pensábamos que estaban equivocadas. Pero no, el domingo 25 de septiembre los italianos, más del 26%, han dicho que Georgia Meloni debe ser su primera ministra, y que junto a los votos (8,8%) de la Liga de Mateo Salvini y el 8,1% de la Forza Italia de Silvio Berlusconi, la ultraderecha gobernará el país.

Han tenido que pasar justo 100 años para que la ultraderecha italiana emule la marcha sobre Roma de Benito Mussolini (1922), pero esta vez con la fuerza del voto democrático. La propia Meloni ha reconocido más de una vez se ha declarado heredera del movimiento fascista liberado por Mussolini.

Con los votos a su favor, lo tiene claro: «Hemos sido llamados para gobernar esta nación, vamos a gobernar para todos los italianos». De esta forma, se convertirá en la primera mujer en gobernar Italia tras un largo recorrido en la política. Hace 15 años se apuntó en el Frente de la Juventud del Movimiento Social Italiano y al encontrar discrepancias decidió crear su propio partido en 2012, el Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia).

Aunque es periodista, su actividad política, le alejó de su profesión. No así su marido, Andrea Giambruno, conocido periodista que trabaja en la cadena de Silvio Berlusconi, Mediaset, que no parece comulgar con muchas de las ideas políticas de su mujer. Ginevra es su hija, de 7 años.

¿Qué se puede esperar ahora de esta mujer, fan de ‘El señor de los Anillos’ y seguidora de Michael Jackson y algunos cantautores italianos? De momento, los Le Pen, Abascal y demás ultraderechistas europeos se están frotando las manos porque el tercer país de la UE estará gobernado por un tripartito formado por Meloni, Salvini y Berlusconi.

Para el resto de Europa, aún con la expresión atónita que se le ha quedado con estos resultados, ya han advertido, como el gobierno francés que mirarán con lupa todo lo que hagan, mientras en España, Yolanda Díaz, ha mostrado su estupor deseando que no pase en Italia lo mismo que está ocurriendo en Hungría y Polonia… y es que la ultraderecha está avanzando, con Meloni ha dado un paso de gigante, mientras los que se dedican a gobernar están lidiando con los efectos de la crisis de Ucrania, la crisis de los precios energéticos, la inflación, los últimos coletazos (esperemos) del Covid, y tratando de evitar que no llegue la recesión a la zona…

La llegada de Meloni qué supondrá, ¿un susto o la muerte de los principios democráticos y sociales europeos?