La familia Rubiralta se enfrenta a la posible pérdida de Celsa ante la falta de acuerdo con los fondos acreedores que controlan el 90% de la deuda. A ese problema se une la entrada en vigor de la normativa que regula las insolvencias y que posibilita a los acreedores imponer medidas a los propietarios. Los fondos han presentado en un juzgado de Barcelona un plan que conlleva quedarse con el 100% del capital de la que es una de las mayores siderúrgicas españolas.

Con este plan los fondos, que controlan más del 90% de la deuda, rechazan el rescate que protagonizó la Sociedad Estatal de Participaciones Estatales (SEPI) y que había logrado la aprobación de la Comisión Europea. Los fondos, que abogan por otras vías para reducir la deuda superior a los 1.290 millones de euros, cuestionan la salida a la crisis de la compañía que fue avalada por el Gobierno.

La familia Rubiralta parece dispuesta a dar la batalla, al menos, por dos vías. A través de negociaciones con diversos interlocutores, entre ellos el Gobierno, y con una batalla legal, que se basaría en el argumento de que los fondos, que están liderados por Goldman Sachs y Deutsche Bank, no tienen capacidad legal para abocar a la compañía a lo que hasta ahora se llamaba preconcurso de acreedores.

A su favor cuenta con la relevancia de Celsa para el tejido industrial de Cataluña lo que supone que ha conseguido también con el apoyo de la Generalitat. En la luz verde del rescate por la SEPI intervino el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y ahora la dirección de la siderurgia busca de nuevo el respaldo del Ejecutivo. La posibilidad de que los fondos troceen la siderúrgica y vendan activos es un dato que pesa para que también el Ministerio de Industria entre en el conflicto y que siga adelante el plan que se sustenta en los 550 millones de euros de ayuda pública.

Si bien los fondos contraatacan con el compromiso que Celsa mantendrá la actividad, el empleo y que, asimismo, habrá una inyección de capital. La gestión quedaría supervisada con la incorporación de nuevos consejeros, así como de un equipo para dirigir la compañía.

La empresa, que destaca los buenos resultados últimos, con un Ebitda (resultado bruto de explotación) por 483 millones de euros, podría enfrentarse también a problemas con el pool bancario que le aporta liquidez para sus necesidades financieras.