La alarma declarada por el Gobierno danés por las fugas detectadas en los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2, que están ubicados casi en paralelo a las costas del Báltico por aguas territoriales danesas y alemanas, eleva las incertidumbres en el sistema energético europeo. Aunque la reacción más relevante la está protagonizando el Ejecutivo de Copenhague, Suecia se une a las medidas restrictivas para evitar daños mayores. Y Alemania también se une a la posibilidad de que las fugas se deban a sabotajes rusos.

La Dirección General de Energía de Dinamarca, junto a establecer el estado de emergencia, ha creado una zona de seguridad que afecta a la navegación marítima de la zona por riesgo de incendios, y que se extendido al espacio aéreo. Para la operadora de los gasoductos, Nord Stream AG, se trata de un incidente que ha causado daños que no tienen precedentes.

De momento no se conocen las causas de las fugas de gas en unas tuberías que no están en funcionamiento, pero que precisan de trabajos de mantenimiento para controlar la presión de los gasoductos. Si bien el Gobierno danés ha manifestado que ahora no prevé que vaya a afectar a la seguridad de los ciudadanos. No obstante los operadores de los países afectados se mantienen en contacto cos las empresas que son los grandes consumidores.

También la alarma se ha trasladado a Alemania, que está en contacto con Suecia y Dinamarca, y que se ha unido a la posibilidad de que las fugas se deban a sabotajes rusos. El ministerio de Economía alemán ha señalado en un comunicado que desconoce las causas de la reducción de las presión en las redes, aunque se habla también de sabotajes en la prensa alemana, citando fuentes oficiales del país.

Este incidente se produce en un escenario marcado por el uso de las materias primas energéticas y de las redes como un arma de guerra por el Kremlin, incluso ante de la invasión de Ucrania. Mientras que el Nord Stream 2 no ha estado nunca en funcionamiento, los cierres del Nord Stream 1, que no bombea gas desde principio de ese mes, están relacionados con la estrategia de Moscú de presionar a países europeos. Como consecuencia las alertas se han trasladado al mercado del gas y las cotizaciones se elevado a primeras horas de la mañana.