El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) escenificó hoy un nuevo movimiento en la batalla por los salarios. Su líder Unai Sordo elevó hoy un punto, hasta el 4,5% su exigencia de subidas salariales en 2022, además de medio punto adicional para los otros dos años —2023 y 2024— del pacto salarial propuesto a los empresarios.

Sin embargo, más allá del gesto, lo más importante hay que buscarlo en otro lugar. Allí donde se alza el principal escollo de esta negociación, como son las cláusulas de revisión salarial. Un automatismo que ligue inflación y sueldos, y que, a pesar del espanto que provoca entre los empresarios, los sindicatos se empeñan en mantener, como mascarón de proa de sus reivindicaciones.

El líder de CCOO ha elevado hoy medio punto, hasta el 4,5%, su reivindicación de subida salarial para este año. La cifra supone un punto más que el 3,5% pactado con UGT en julio, en una propuesta de pacto plurianual presentada a los empresarios, que incluye además subidas del 3% en 2023, y del 2,5% en 2024; es decir, medio punto más que las que figuraban en la anterior propuesta.

El problema, sin embargo, no reside aquí. De hecho, las posiciones estaban muy próximas la pasada primavera, cuando se frustró la firma de este gran pacto salarial para el conjunto de España.

Y el principal escollo, las cláusulas de revisión salarial, continúa. Según dijo hoy Sordo, los sindicatos siguen exigiendo la inclusión de dichas cláusulas, que impiden perder terreno frente a los precios a los salarios.

El pronóstico es que la inflación acabe el año en torno al 9% anual. Y eso supondría — si actuaran dichas cláusulas — que las empresas deberían elevar los salarios en igual proporción a fin de evitar la pérdida de poder adquisitivo.

Los sindicatos se han mostrado inflexibles en cuanto a la inclusión de dichas cláusulas. Aunque han ofrecido, en cambio, a la patronal CEOE diferir el pago de una parte de esas subidas salariales. Gozar por ejemplo de una subida salarial del 4,5% en 2022, y posponer el resto un tiempo, a fin de atenuar el golpe a las empresas.

Una perspectiva que ahuyenta a los empresarios, que no quieren oír hablar de ligar los sueldos a la inflación. Argumentan los patronos que eso desencadenaría una espiral inflacionista. Y debilitaría la posición delicada de las empresas, sometidas también a brutales aumentos de costes, especialmente de la energía, derivados de la guerra en Ucrania.

Movilizaciones intensas

Un argumento que desagrada a los sindicatos, que arguyen que, mientras las empresas pueden repercutir sus costes, los trabajadores carecen de otra arma que sus sueldos. Y que, de no mediar una subida salarial, los trabajadores saldrán de esta crisis más pobres.

Sordo, sin embargo, rescató hoy un posible pacto de rentas, en el que participe también el Gobierno. Y actúe como palanca para convencer a trabajadores y empresarios de las bondades de pactar una orientación, que ayude a ordenar el reparto de cargas de esta crisis, mediante el alza salarial.

Reclaman al Gobierno una subida “vigorosa” del salario mínimo interprofesional (SMI), dijo hoy Sordo. Y un tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades que pagan las empresas; así como una actuación más decidida a la hora de poner límites de precios en algunos mercados, no solo en el eléctrico, como hasta ahora.

El pacto de rentas aún es “factible”, ha recalcado hoy Sordo, animando al Gobierno a mover ficha. En caso contrario, los sindicatos se preparan para “intensificar” sus movilizaciones en empresas y sectores, y dotarlas de un carácter “intersectorial”, advirtió el líder de CCOO, si bien descartó una huelga general.