La Comisión Europea concreta la nueva sanciones contra Rusia en respuesta a la escalada en el conflicto de Ucrania con la movilización parcial y la celebración de referéndums ilegales de anexión en las zonas ocupadas.
En una breve declaración, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, han presentado este paquete, el octavo desde el inicio de la agresión rusa, que incluirá medidas económicas para limitar la capacidad industrial y militar rusa, además de ampliar la ‘lista negra’ de individuos y empresas responsables de las consultas ilegales en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia y la movilización de reservistas.
Bruselas propone nuevas prohibiciones a importaciones de productos rusos en el mercado único europeo, con valor de 7.000 millones.
Se prohibirán las exportaciones de productos fabricados en la UE, en particular la tecnología clave utilizada en el ejército ruso, como los componentes de aviación, electrónicos y químicos. «Estas nuevas prohibiciones de exportación debilitarán aún más la base económica de Rusia y mermarán su capacidad de modernización», argumenta la presidenta de la Comisión.
También, que se dejen de ofrecer servicios europeos a Rusia y que se prohíba a ciudadanos europeos sentarse en los consejos de administración de empresas estatales rusas. «No deberían poder beneficiarse de los expertos europeos», argumenta Ursula von der Leyen.
Sobre la opción de fijar un precio máximo al petróleo ruso, Bruselas pondrá sobre la mesa la «base legal» para aplicar esa medida, ya acordada por el G-7 a principios de septiembre.
El G-7 quiere prohibir a las compañías de seguros y de transporte marítimo que ayuden a Rusia a vender productos petrolíferos a precios que superen el límite acordado. Los petroleros comerciales necesitan un seguro para cubrir los costes de incidentes que escapan a su control, como retrasos, daños a los suministros, robos o incluso guerras. Las aseguradoras con sede en la UE y el Reino Unido gozan de una posición dominante en el mercado, lo que dificulta que los petroleros rusos encuentren cobertura en otros lugares.
Como la UE ya ha establecido un embargo sobre sus importaciones nacionales de petróleo ruso por vía marítima, el tope de precios se aplica al crudo vendido a otros mercados internacionales.
«Este tope al petróleo ayudará a reducir los ingresos de Rusia y a mantener estables los mercados mundiales de la energía», señala Ursula von der Leyen.
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