
Gráfico: SEPE
El paro subió en septiembre en línea con otros años. Un mes que marca el final de la campaña de verano, y que este año ha supuesto superar los cinco millones de contratos indefinidos desde enero. Una récord insólito que no oculta, sin embargo,
La subida del paro en septiembre vuelve a recordar el carácter estacional del mercado de trabajo en España. Al concluir la temporada veraniega, cerca de 17.7000 nuevos parados engrosaron en términos netos las listas de paro registrado del antiguo Inem.
La mayor parte fueron jóvenes, que concluyeron sus trabajos de verano, o finalizaron sus estudios, con casi 13.000 nuevos parados menores de 25 años. Y procedentes de los servicios, pues el paro bajó en agricultura, construcción e industria; levemente en este último caso.
Sin embargo, la tendencia de fondo es de leve frenada en la contratación; tal y como reflejan las cifras desestacionalizadas del paro, que contabilizan casi 500 nuevos parados, una vez eliminado el influjo del calendario y la estación, mediante una estimación.
Más de cinco millones de indefinidos
La contratación también refleja cierto enfriamiento. Aunque destacan algunos hitos, como los 5,25 millones de contratos indefinidos firmados desde enero; un récord absoluto, incluso aunque la mayor parte de esos contratos sin fecha de caducidad no sean a jornada completa, sino parcial, 2,27 millones, y fijos discontinuos, 1,8 millones.
Así, pues de los 5,25 millones de indefinidos, apenas 2,27 millones son a jornada completa; que aun así duplican de largo los que se firmaban en 2019 en igual período.
Solo en septiembre se firmaron 775.000 contratos indefinidos, casi el 47% de todos los contratos firmados (antes de la última reforma laboral, el porcentaje rondaba el 10%).
De ellos, en números redondos, 300.000 son a tiempo completo; 200.000 a tiempo parcial; y otros 280.000 fijos discontinuos; la tipología esta última impulsada por la nueva normativa.
En cuanto a los temporales, cabe destacar el extraordinario impulso que toma el contrato por circunstancias de la producción, que crece un 75% respecto al mismo mes del año anterior, y supone idéntica proporción de todos los temporales firmados en septiembre, casi 900.000.
¿Dónde está la desaceleración? En muchos indicadores. Por ejemplo, en el paro, que ya no baja por encima del doble dígito en septiembre respecto a un año atrás, sino al 9,7% (la mitad que hace cuatro meses); es decir, unas 315.000 personas. Una cifra esta última, no obstante, similar a la de lo mejor del último ciclo expansivo (de 2015 a 2017). O en la contratación, que se sitúa incluso en territorio negativo respecto al año anterior.
Parece pues que el vaso ya se ha llenado, aunque el empleo resiste a pesar de la complicada coyuntura internacional, marcada por la inflación rampante y la guerra en Ucrania.
Así lo indican también —esta resistencia— los datos de ayudas al desempleo, que cobran 1,8 millones de parados — en agosto, esta vez —, un 9% menos que el año anterior en igual mes.
El empleo crece al 3,3%
Los datos de la Seguridad Social reflejan asimismo la tendencia estacional del mercado de trabajo. Y poco más. La pérdida de 70.000 afiliados en hostelería y comercio. Y los 60.000 nuevos cotizantes en colegios y universidades, que junto a otras ramas arrojan un saldo de 30.000 afiliados nuevos — hasta 51.000 más, si se elimina la estacionalidad —, que deja 650.00 nuevos cotizantes en el último año, tras crecer a un estimable ritmo del 3,3% anual.
Los autónomos también se ven beneficiados de esta perdurable bonanza, con casi 2.400 nuevos autónomos en septiembre, y casi 10.000 en el último año; mientras que, en la Administración, se suman unos 58.000 empleados en agosto, un 2% (que se duplica en la administración central).
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