Los futuros del Brent (crudo de referencia de Europa) se mantienen en los 91 dólares el barril, con una subida del 8% en las dos últimas jornadas y un ligero descenso este miércoles. En una dirección similar se está moviendo el estadounidense West Texas que se comercializa a 86 dólares. Con este comportamiento el mercado está reaccionando a las informaciones que apuntan a que la reunión de la OPEP+ (el cártel petrolero más el grupo que lidera Rusia) de este miércoles va a aprobar una fuerte reducción de la producción.

Los datos del acuerdo alcanzado señalan que el recorte será de dos millones de barriles al día, muy por encima por tanto de millón de barriles de los señalados solo unos días antes. Los exportadores están desarrollando una estrategia que tiene como objetivo arbitrar medidas que eviten que la recesión económica se siga trasladando a la demanda del petróleo y, como consecuencia, a los precios.

Los analistas añaden que la OPEP y sus aliados quieren lanzar un mensaje a los países compradores que se basa en que el objetivo que persiguen es lograr que el crudo cotice en el entorno de los 100 dólares el barril. Si bien preveían que los recortes serán parciales, puesto que ya están produciendo reducciones reales por la incapacidad de bombear más petróleo.

Otros factores que añaden presión en los mercados es la posible entrada en vigor del veto a las importaciones de crudo desde Rusia y las dudas sobre la vuelta a los mercados internacionales de Irán. En los últimos meses el petróleo ha cotizado a la baja, después de que en los primeros meses de la invasión rusa a Ucrania el temor al desabastecimiento disparara los precios de las materias primas energéticas y agrícolas.

Ahora pesa más el impacto de la inflación y de las subidas de los tipos de interés en la evolución de la economía, que también está influida por la fortaleza del dólar, moneda en la que se comercializan los hidrocarburos.