¿Marcan los avances tecnológicos un camino ineludible en la formación de la juventud?

05/10/2022

Nathalie Sánchez, socia fundadora de Futureo. Ofrecemos orientación académica y profesional.

Recuerdo lo que me decían mis profesores hace décadas cuando estudiaba en París: “¡Tienes que prepararte para todo porque los trabajos que deberás hacer en el futuro no existen!”. La historia reciente de la evolución tecnológica nos enseña que el uso del teléfono móvil se generalizó en los años 80, Internet en los años 90 y las redes sociales en la primera década del siglo XXI. ¿Estos avances tecnológicos han cambiado profundamente el trasfondo de las actividades profesionales y, por lo tanto, el contenido de la enseñanza?

No necesariamente. Un profesional de las ventas siempre ha tratado de conocer mejor a su cliente para poder venderle sus productos y servicios; un contable sigue encargado de la contabilidad de la empresa; un abogado sigue centrado en defender los intereses de sus clientes, y un arquitecto, en la responsabilidad de construir edificios. Así que, de momento, no podemos hablar realmente de una revolución, por lo menos en las profesiones. Pero, si no hay una revolución en el mundo laboral, ¿puede haberla en la formación?

Por una parte, es cierto. Ha evolucionado mucho la manera de impartir formación y, como consecuencia, las herramientas didácticas. Por ejemplo, los MOOCS, que tomaron años de arduo trabajo e intentos fallidos, desde principios del siglo XXI para llegar a un modelo fiable en 2012 (considerado por algunos como el año del “tsunami MOOC”). Con el tiempo, caímos en la cuenta de que necesitaban agregar supervisión e interacciones entre los estudiantes en torno a los recursos educativos, para que sean eficaces y realmente útiles para ellos.

Cuando los avances técnicos olvidan tener en cuenta la parte humana del alumno, la formación es casi anónima. Y cuando las interacciones con el equipo docente o con otros alumnos son pocas, si no inexistentes, ¿puede la formación realmente satisfacer las necesidades de la mayoría de los estudiantes?

Imagen: Lukas Bieri (obtenida en pixabay.com y modificada).

A pesar de que los jóvenes crezcan en entornos súper conectados tecnológicamente, y que parezca natural desarrollar formas de enseñar que tienen en cuenta los avances tecnológicos a la hora de aprender, no se percibe en todas las realidades conectadas con la formación. En algunos sectores, donde se requieren estudiantes de perfiles digitales, muy técnicos y además muy independientes y autónomos, se nota claramente que la tecnología es fundamental e impone el ritmo. Es el caso, por ejemplo, de los perfiles de estudiantes de centros educativos como los que imparten formación con el método conocido como Escuela 42. Ellos y ellas se forman, y aprenden por sí mismos, para ser desarrollador/a de software, profesional técnico TIC, digital project manager, administrador/a de sistemas, consultor/a TIC, desarrollador/a full stack, community manager, QA tester, desarrollador/a front-end, especialista en marketing digital…

Pero, en estas ramas de la formación se percibe que hay que tener, además de apetito para las tecnologías, una mente muy fuerte. Algunos incluso entran en pánico al ver que al principio sacan ceros y que no es la tecnología lo que, de momento, les ayuda a superar los fracasos, sino las interacciones que tienen al trabajar mucho en equipo.

Viendo los avances tecnológicos desde las formaciones de este ámbito, es cierto que el futuro de los estudiantes quedará muy marcado por esos avances. Lo que también ofrecen los avances tecnológicos en estos ámbitos de formación, algo que igualmente pueden aportar en otros, es que el estudiante elige qué estudiar y el ritmo que más le corresponde.

Y tras la pandemia del COVID 19, el modelo on line dejó de serlo para la mayoría de las ofertas académicas. Porque los estudiantes, los profesores y los padres quisieron adoptar cuanto antes un modelo híbrido: una parte on line, para respetar el límite del aforo, y una parte presencial recuperar las interacciones sociales.

Ahora muchas clases se imparten de nuevo de forma presencial. Y este formato es mucho más eficiente, visto desde el prisma de los estudiantes —el 79,8% no se concentran lo suficiente al estudiar online, según una encuesta del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico Orientado a la Gestión Académica (Ceinfes)—. ¿Podemos preguntarnos si generalizar el hallazgo a todos los sectores de formación y cuál podría ser el plazo?

Los avances tecnológicos marcarán un camino ineludible en la formación de la juventud. Pero es difícil hablar de plazos y de las consecuencias que podría acarrear en nuestras vidas. Cuando se trata de innovaciones tecnológicas, es obvio que la mayoría de nosotros ni siquiera podemos imaginar ni una pequeña parte de lo que sucederá en los próximos años y en todos los sectores.

Formación en el metaverso
El metaverso traerá también en la formación, ¿pero cuándo estará la gente dispuesta a entrar plenamente en unas interacciones sólo tecnológicas para formarse? De momento, desde Furureo percibimos que la mayoría de los alumnos en Europa expresan la necesidad de mantener interacciones humanas, ya sean con sus profesores o con nosotros al abordar con ellos los procesos de orientación.

Cualesquiera que sean las inevitables evoluciones técnicas, podemos esperar que se tengan en cuenta las necesidades de interacciones humanas. De esta forma, lograremos que no resulte inevitable una predicción: una de las profesiones con mayor proyección en el futuro (junto con el de colector de energía o ingeniero de almacenamiento de datos virtuales), porque será preciso curar los trastornos derivados de la falta de relaciones humanas en nuestras vidas.

Recientemente, percibimos la preocupación de los estudiantes por las políticas de sus futuros centros educativos en materia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), basadas en la gestión de los impactos de su actividad en clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medio ambiente y la sociedad en general. De hecho, para esta juventud es un punto clave a la hora de elegir centro donde estudiar. Y podemos pensar que este fenómeno seguirá creciendo. Si los avances tecnológicos ayudan en este camino, seguro que impactarán mucho en la formación de la juventud.

Nathalie Sánchez, socia fundadora de Futureo.


Nathalie Sánchez es socia fundadora de Futureo, empresa especializada en acompañamiento para la orientación académica y profesional de los jóvenes.

 

 

 

 

¿Te ha parecido interesante?

(+1 puntos, 1 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.