
El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, durante su intervención en el Encuentro Económico-Asegurador organizado por Mutualidad de la Abogacía en Madrid.
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, aprovecha su intervención en el V Encuentro Económico-Asegurador de Mutualidad de la Abogacía ‘Realidades y desafíos del entorno macroeconómico y social’ para lanza una advertencia: el impuesto temporal a la banca puede incentivar al sector a hacer menos provisiones para así mantener el dividendo a los accionistas.
El impuesto «injusto», ya que grava unos beneficios extraordinarios «que no existen» y afecta a los accionistas de los bancos y no a todas las entidades. Aunque Oliu confía en que durante el trámite parlamentario «se pulirán los aspectos que son más injustos y más distorsionadores de la actividad bancaria y de la actividad financiera», también avisa del problema que este impuesto puede suponer en un momento de incertidumbre en el que los bancos deben ser más prudentes y hacer acopio de provisiones por el previsible aumento futuro de la morosidad.
«Si en esta situación se pone un impuesto que de alguna manera es un dividendo especial, pues nos está incentivando a hacer menos provisiones para seguir pudiendo pagar el dividendo a los accionistas. Por lo tanto, estamos ante un problema que veremos cómo acaba», insiste.
Rentabilidad por encima del coste de capital
El presidente del Sabadell, por otra parte, destaca que la rentabilidad de la banca ya supera el coste del capital al situarse en torno al 10%. Y que la banca española se consolida entre las más eficientes de Europa, con un peso de los costes inferior a la mitad de los ingresos.
«Con ratios de capital más elevados, créditos dudosos más bajos y coberturas de éstos más que suficientes, la banca está en una posición favorable para afrontar la incertidumbre», argumenta Oliu. No obstante este optimismo sobre la morosidad y esta mejora de la calidad de los activos de la banca, ésta deberá hacer más provisiones.
Además, la inflación reduce el poder adquisitivo de las familias, lo que tendrá su impacto en la capacidad de pago. El presidente del Sabadell asegura que la banca está dispuesta a ayudar a sus clientes, pero se opone a que se limiten los tipos de interés de las hipotecas, porque «poner límites a los precios de las cosas siempre produce el efecto contrario a lo que se persigue: en el caso de las hipotecas, produciría una bajada en la oferta de crédito para las familias, por lo tanto, es una mala solución».
La propuesta de la banca consiste en ofrecer a las familias en situación de vulnerabilidad la extensión del plazo de amortización de sus hipotecas, reduciendo así las cuotas, así como moratorias en el pago del principal en situación de paro. «Es una solución que no afecta al crédito y que ayuda a las familias», concluye el presidente de Banco Sabadell.
Oliu pone ‘deberes’ a la banca: la regulación, el cambio climático (estima que un tercio de los préstamos está afectado por la potencial materialización de riegos ligados al clima), y la digitalización. «La banca debe asegurar la sostenibilidad de su negocio», concluye.
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