Estados Unidos tampoco atraviesa por los mejores momentos posibles respecto a su deuda. Si bien se logró un acuerdo para elevar el techo de deuda con el plazo ya vencido, la comisión que creó aquel acuerdo ha cosechado el más estrepitoso de los fracasos a la hora de establecer dónde se debe recortar. Todo ello, con las elecciones presidenciales al fondo y las severas críticas del presidente Obama a Europa por no saber atajar la crisis de deuda a pesar del problema larvado que tiene en su propia casa.

Los responsables republicano y demócrata de la comisión aceptaron que ambas partes no ha sido capaces de acercar lo más mínimo sus posturas iniciales, a pesar de reconocer que la economía estadounidense necesita el recorte para no entrar en terreno peligroso con su deuda en el año 2013.

Los republicanos han mantenido hasta el final su negativa a que subieran los impuestos o a retirar los beneficios fiscales que Bush concedió a los más ricos, lo que en la práctica significa que éstos perderán sus privilegios en 2012, ya que se trataba de una norma temporal que no se va a renovar.

Por su parte, los demócratas se han negado en rotundo a centrar los recortes en los programas sanitarios estatales, Medicaid y Medicare y siempre han ligado cualquier esfuerzo a un aumento de los impuestos a los que más tienen.

Todos los analistas apuntaron tras conocerse la noticia que ambos partidos se centrarán a partir de ahora en la campaña para las elecciones presidenciales y que esa cita electoral será en realidad el siguiente paso de esta lucha sin cuartel.