La avalancha de clientes domésticos que intentan acogerse a la tarifa del último recurso de gas (TUR) está dificultando que el proceso de cambio desde el mercado libre al regulado funcione con fluidez.  Al menos ese es el argumento utilizado por las compañías al panorama que se abierto en el sistema energético y en el que solo cuatro comercializadoras están registradas para dar este servicio.

Si bien ante este ´atasco` la  Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha abierto un expediente informativo a las compañías energéticas al haberse detectado las dificultades que tienen los usuarios para realizar el trasvase. La apertura del proceso ha sido adelantada por la secretaria de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, en declaraciones a RNE.

Pese a que los precios del gas natural están bajando en los mercados internacionales, los datos del Gobierno de y organismos de consumidores señalan que las diferencias en meses próximos entre la tarifa regulada y los contratos que ofrecen las comercializadoras que operan en el mercado libre son más que relevantes. Supone que los márgenes que obtienen son menores que los que logran con acuerdos con los usuarios.

La TUR fue creada en 2008 pero fue en noviembre de 2021 cuando las subidas de los precios quedaron limitadas al 5% en la revisiones trimestrales. Y ha pasado se ser minoritaria, en el entorno del 19% del total del mercado, al boom que ya se ha iniciado, y al que hay que sumar la posibilidad de que las comunidades de vecinos se acojan a ella, según aprobado recientemente el Gobierno. Hasta ahora no se podían acceder al mercado regulado por superar el consumo máximo anual permitido,

Las comercializadoras de la TUR, que tienen menos beneficios respecto a la facturación son únicamente cuatro:: Comercializadora Regulada Gas Power (Naturgy), CurEnergía (Iberdrola), Energía XXI (Endesa) y Baser (TotalEnergies).

La diferencia entre las facturas entre los clientes de la TUR y del mercado libre se refleja en los datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y coinciden con los aportados por el Gobierno. Un ejemplo: un consumidor acogido a la tarifa regulada y con un consumo de 9.000 KWh al año paga unos 60 euros al mes y del orden de los 720 euros al año. Mientras, si está en le mercado libre, y tiene una de las más ventajosas, la factura sube a los 125 euros al mes.