Scope Ratings ha decidido mantener la nota de España como emisor de deuda a largo plazo en ‘A-‘ y su perspectiva en ‘estable’, según ha informado en un comunicado.

Entre las fortalezas están el tener una economía «grande y diversificada», un perfil de deuda favorable por sus largos vencimientos y un marco institucional «sólido», reforzado por la pertenencia de España al euro.

Entre los riesgos figuran los elevados niveles de deuda pública, que el país todavía registra un alto nivel de paro estructural y un bajo crecimiento de la productividad y que existen cada vez presiones presupuestarias estructurales por las tendencias de gasto a largo plazo.

«España depende menos del gas ruso que la mayoría de los países de la Eurozona, aun así, el conflicto entre Rusia y Ucrania representa un importante lastre para las perspectivas de crecimiento de España, ya que ha provocado un aumento de los precios de la energía y un empeoramiento de las perspectivas económicas de sus principales socios comerciales», han explicado los analistas de Scope.

La agencia de calificación también ha destacado la reforma laboral como una medida que puede elevar la productividad del país, junto con el desembolso de los fondos europeos.