La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, que están liderados por Rusia, no están cumpliendo sus objetivos, que apuntaban a que el crudo en el caso del Brent (referente en Europa) se mantuviese en el entorno de los 100 dólares por barril. No es así y los futuros del Brent están cotizando en los 89 dólares, perdiéndose la barrera de los 90 dólares.

La debilidad de la demanda, en parte porque China (el principal importador del mundo)  mantiene medidas restrictivas por el surgimiento de brotes de Covid que ralentiza la economía, y el impacto de las perspectivas de más alzas de los tipos de interés se trasladan al consumo. Además la influencia por la invasión de Ucrania por Rusia es menor pese al boicot -no total al crudo ruso: pactado por los países de la UE. Como consecuencia, el Brent cerrará la semana con una caída cercana al 6%, mientras que en el año sube un 15%, muy lejos de los porcentajes alcanzados hace meses.

La OPEP+ decidió en su última cumbre reducir el bombeo de crudo en 2 millones de barriles diarios (mbd) a partir de noviembre 2022, siendo la mayor recorte de la oferta petrolera desde mayo del 2020. Un  acuerdo que se logró pese a la presión de Estados Unidos y otros países que estaban más preocupados por el impacto en una inflación ya muy elevada.

El volumen equivale al 2% de la oferta mundial de crudo y fue casi del doble del que se esperaba en los mercados internacionales, aunque los expertos entonces señalaron que la realidad física del pacto iba a ser previsiblemente menor, aunque no por ello dejaría de ser  importante. Y es que varios son los miembros de la alianza que producían menos de la cuota por problemas técnicos de capacidad causados por las inversiones insuficientes de años anteriores.

La industria petrolera, al igual que la gasista, vive en un entorno cambiante tanto en las normas como en las estrategias. En este entorno, en España, la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, integrada por grandes organizaciones empresariales de distintos sectores, ha pedido que la Comisión Europea (CE) amplíe dos años, hasta 2028, el plazo del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de descarbonización industrial.