Todo termina por llegar y aunque Ángela Merkel se crea invulnerable encastillada en su todopoderosa Alemania, también termina por llegarle su turno. No quiero ir tan lejos como lo que sentencia el refranero español al subrayar que «a todo cerdo…» pero casi. Hoy se ha demostrado que Alemania no es invulnerable, que ya está bien de que la señora Merkel nos mire al resto por encima del hombro y que la mandamás alemana ha sembrado vientos y va a recoger tempestades.

Viene todo esto a colación del revés de Alemania en el mercado de deuda esta mañana. Salió a buscar 6.000 millones de euros en bonos a diez años y se encontró con que sólo había ofertas para colocar 3.889 millones y finalmente se aceptaron solicitudes por sólo 3.644 millones.

Explicado en román paladino, los mercados le han dicho a la señora Merkel que no tienen ni la más mínima intención de financiar a Alemania al 2% cuando otros países de la Eurozona se ven obligados a ofrecer intereses muy superiores. La teoría es clara y las soluciones sencillas. O Alemania sube los tipos o contribuye a que bajen los de los países de su entorno.

Le han dicho alto y claro a la señora Merkel que Alemania no está por encima del bien y del mal y que dificultar la salida de la crisis al resto de Europa no es el mejor camino para la propia Alemania. Y para colmo, han conseguido que el Bundesbank tenga que actuar exactamente como la propia Merkel quiere prohibirle al BCE, comprando deuda de su propio país. Nada menos que un 39% de la emisión ha sido comprada por el Bundesbank.

Señora Merkel, mucho me temo que usted va a tener que cambiar de opinión con cierta urgencia porque si no va a hacer un flaco favor a su propio país. Si no ha sido capaz de hacerlo por Europa, va a tener que hacerlo por salvar su propio trasero. Ahora ya puede ir explicando a los alemanes que tiene que apoyar al resto de Europa, aunque le pese, para no tener que pagar más intereses por su deuda. O puede hacer lo contrario. Explique a sus conciudadanos que va a pagar más por su deuda y que va a entrar usted y Alemania en la espiral que tanto a contribuido a crear.

Lógicamente, estas circunstancias no fueron las mejores para que los mercados europeos intentaran la remontada en la jornada de hoy. Estamos para pocas heroicidades, más bien para ninguna. Lo intentaron hasta que se conocieron los detalles de la subasta alemana, pero perdieron el fuelle por completo.

Al cierre, el Dax se dejó un 1,44%, el FTSE un 1,29%, el CAC un 1,68% y el Ibex un 2,09%.