
Juan Fernández-Aceytuno (Sociedad de Tasación), Héctor Flórez (Deloitte), Isabel Díaz Ayuso, Yolanda Gómez (ABC) y Javier Fernández-Lasquetty.
Aunque el acuerdo entre el Gobierno y la banca para las ayudas en las hipotecas fue la cuestión estrella del Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte, Sociedad de Tasación y el diario ‘ABC’, varios directivos del sector coinciden en que habrá un incremento de provisiones en 2023.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, defiende esta tesis, ya que la economía está «claramente en proceso de desaceleración», aunque en España no se llegará a caer en recesión.
Explica que el paro y el precio del sector inmobiliario son los factores que más afectan a las provisiones de la banca. Gortázar precisa que la desaceleración económica no está generando «grandes pérdidas de empleo», y descarta burbuja inmobiliaria.
El CEO de CaixaBank insiste en que los reguladores y supervisores exigen a la banca que «no se deje cegar» por la subida de tipos y su impacto en la cuenta de resultados, y subraya que el sector está monitorizando el impacto de todos los riesgos en la economía.
Gortázar aplaude el acuerdo con el Gobierno, ya que CaixaBank «naturalmente» tiene la intención de ayudar a los más vulnerables, pero pide que no se olvide la labor de la banca en el pago de impuestos, que son «muchos», la concesión de crédito o la gestión del ahorro, pese a que en los últimos años la rentabilidad del sector «ha estado deprimida».
El consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, avisa que algunas de las medidas del acuerdo impactarán sobre las provisiones, ya cuando se produce alguna extensión o alargamiento del crédito «siempre» se traslada a éstas. Además, en función de cómo se realice la refinanciación en el momento de la extensión «puede impactar o no en la cifra de provisiones, y no solo ahí, sino también en el consumo de capital del negocio hipotecario».
Además, una vez los clientes se clasifican como ‘stage 3’ o morosos, tendrán dificultades para acceder al crédito en el futuro. «Es una cuestión que tenemos que cuidar», advierte el CEO del Santander.
Álvarez cree que el porcentaje de hipotecados afectados por la subida de tipos es «muy bajo», teniendo en cuenta además el menor número de hipotecas a tipo variable firmadas en los últimos años. «En los últimos años, hasta el 70% de las hipotecas han sido a tipo fijo, que son las que tienen más riesgo debido a que son jóvenes. Una vez que se ha pagado la hipoteca en los siete primeros años, después es mucho más fácil», ha afirmado.
Y avisa: la voluntad del Santander es «trabajar para que el mercado hipotecario sea sano y sólido, no vamos a firmar si vemos que el mercado hipotecario, en el futuro, no es sano y sólido».
También alerta del impacto de la inflación en los costes de la banca.
El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, desvela que el banco cerrará 2022 con más de 11 millones de nuevos clientes, una cifra récord para la entidad, y presume de estar realizando su transformación digital «más y mejor» que otros competidores, ya que el 54% de la captación de clientes se hace por canales digitales.
Genc avisa de las dificultades que tienen las empresas y las entidades financieras para medir y definir los riesgos climáticos y reclama más incentivos para la descarbonización de la economía. «Si no puedes medirlo, no puedes gestionarlo», argumenta.
La sostenibilidad es una de las prioridades estratégicas de BBVA, que quiere ayudar a sus clientes en la transición hacia una economía descarbonizada. Conseguir los objetivos de emisiones cero en 2050 requerirá una inversión de 8.000 millones anuales.
El banco, que destinará 300.000 millones a financiación sostenible hasta 2025, se compromete a reducir en un 30% las emisiones de los clientes del sector petróleo y gas antes de 2030.
El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, avisa que la cantidad que el banco destinará a tasas e impuestos superará a su beneficio neto, especialmente el próximo año por el nuevo gravamen a las entidades financieras. Pide no tener solo en cuenta el aumento de beneficios, que están creciendo tras muchos años de rentabilidades muy bajas, sino también que el capital debe remunerarse.
La mala reputación de la banca es «un fenómeno universal que poco tiene que ver con los esfuerzos y progresos que se hacen». Pese a la negativa opinión pública por parte del sector, cada banco tiene una mejor reputación para sus clientes y cada gestor cuenta con una reputación todavía mejor. «Ahí es donde está verdaderamente la experiencia del cliente. La reputación del sector nos debe preocupar, pero todavía más que nuestros gestores y aplicaciones estén cerca de los clientes. Los ‘Net Promoter Score’ (NPS) están en claro incremento. Por tanto, la calidad percibida por los clientes de las entidades financieras es cada vez mejor y ahí nos tenemos que enfocar, porque lo otro es más difícilmente gestionable», subraya.
El consejero delegado de Unicaja Banco, Manuel Menéndez, asegura que la entidad cumplirá con las medidas para ayudar a las familias con dificultades para hacer frente al pago de su hipoteca, porque el objetivo de la banca es que sus clientes salgan adelante «de la mejor manera posible». «Lo más inteligente es ayudar a los clientes, porque si viene una crisis, nos afecta a todos», argumenta.
Sobre el impuesto a la banca, critica que no tiene en cuenta el impacto en costes que sufrirán las entidades en el escenario inflacionista. «Lo que está pasando con la subida de tipos es que vuelven a una situación de normalidad. Por tanto, volver a una situación de normalidad no implica en absoluto que estés obteniendo beneficios atípicos, extraordinarios o caídos del cielo. Estás obteniendo la situación esperada», argumenta.
Optimismo sobre la economía española
El consejero delegado de Santander España, Antonio Simões, el director de España y Portugal de BBVA, Peio Belausteguigoitia, y el director general de CaixaBank, Juan Alcaraz coinciden en un mensaje de optimismo sobre la economía española, matizado por la preocupación con la inflación.
Simões se define como «optirealista» y destaca que su mayor preocupación es la elevada inflación y su impacto en la economía y en la sociedad, pero cree que el sector está «preparado», tanto por el fuerte nivel de solvencia como por la baja tasa de morosidad, a pesar de que la rentabilidad en España «todavía está por debajo del coste de capital».
Belausteguigoitia subraya que la ratio de deuda privada-PIB se sitúa en torno al 76%, frente al 115% de 2008, y que el empleo está «aguantando muy bien».
Juan Alcaraz recalca que los niveles actuales de morosidad son «los mejores de la historia», aunque para 2023 se pueden producir ciertos deterioros entre las pymes,. «Debemos ser muy optimistas. Creo que debemos dejar de decir que viene el lobo, porque si todos los días miramos, a lo mejor algún día aparece, pero hoy todavía no lo hemos visto», apunta.
La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, avisa que el acuerdo entre banca y Gobierno para aliviar a hipotecados en España tiene que encajar dentro de un marco regulatorio y de supervisión y preservar «las bondades y fortalezas» del mercado hipotecario. «El sector siempre está aquí para atender los problemas de los clientes», asegura.
Sobre el impuesto temporal a la banca «no es solución» para ninguno de los problemas actuales y «no es el momento» de poner más cargas al sector financiero. Esta medida genera «inseguridad jurídica» y duda que el impuesto vaya a ser temporal: «Ningún impuesto es fácil de quitar».
Alejandra Kindelán arremete contra la nueva Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, porque «incrementa costes y genera ineficiencias» y defiende el sistema de reclamaciones que ha funcionado hasta ahora.
Díaz Ayuso: el impuesto a las grandes fortunas frena la inversión
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, critica que el impuesto a las grandes fortunas es «un freno a la inversión», que ya está afectando a la llegada de capital a regiones como Madrid o Andalucía. Es «una tremenda irresponsabilidad» impulsar este impuesto y además hacerlo vía enmienda, sin «ningún informe ni estudio de impacto económico».
El nuevo impuesto a la banca tiene como único objetivo es «recaudar y el único resultado es empobrecer masivamente». «El sistema bancario español levanta admiración por todo el mundo y no se puede tolerar que se convierta en un saco de boxeo en el que descargar frustraciones políticas ni la excusa favorita para justificar errores en la gestión de los recursos públicos», subraya.
«Poco les importa los sucesivos avisos de organismos internacionales, la incertidumbre económica o el informe del Banco Central Europeo. Es lo que tiene tomar decisiones políticas únicamente conforme a una agenda ideológica», señala.
Avisa que «el Banco Central Europeo ha sido nuestro principal acreedor desde que estalló la crisis del Covid-19, por eso concentra el 34% de nuestra deuda pública y gracias a él la prima de riesgo está a raya y podemos pagar los servicios públicos mes a mes. Nunca nadie en la historia ha sacado nada positivo de desdeñar la fuente que le proporciona energía».
Cuando es el Gobierno «quien siembra la inseguridad jurídica» en la banca también atenta contra «los intereses de millones de ciudadanos y de autónomos», a los que deja «sin margen de maniobra». Por tanto, «cambiar las reglas del juego a mitad del partido es una irresponsabilidad». «Con impuestos improvisados como el de la banca y el del sector energético, que se crean con una Ley donde se esconde como enmienda a su ve el impuesto de Patrimonio, todo va a ir a peor. Hacerlo contra regiones como la Comunidad de Madrid y hacerlo de esta manera es de una nocturnidad pasmosa», concluye.
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