El PP catalán mueve ficha. La frase de su presidenta, Alícia Sánchez Camacho, la noche electoral que “el PP no necesita a CiU y CiU si necesita al PP” empieza a traducirse en hechos. Tanto la Generalitat como en el ayuntamiento de Barcelona CiU está en minoría y en la práctica los únicos apoyos con los que cuenta son los de los populares para configurar mayoría y sacar adelante, por ejemplo, los presupuestos. El resto de fuerzas de la oposición niegan a los nacionalistas el pan y la sal.
Ya se sabe, en política nada es gratis. Por ello el jefe de filas del grupo municipal popular, Alberto Fernández Díaz asegura que “en política gobiernas o estás en la oposición, lo que no puede ser es hacer un día de gobierno y otro de oposición. Eso la gente no lo entiende” y renunció a la propuesta del alcalde de hacer a los populares socios preferentes para recabarles apoyos putuales.
Por otra parte tres sedes de los populares en barrios barceloneses y otra en Sabadell han sufrido desperfectos al ser atacadas con piedra, huevos y pintadas como “Vuelve el fascismo” o “Fuera los franquistas de los Países Catalanes”. Alberto Fernández lamentó que “las sedes del PP han sido atacadas en muchas ocasiones, desde pintadas a poner silicona en las cerraduras”, pero ello no impedirá para que su partido cambie de actitud en su defensa de una Catalunya plural comprometida con el conjunto de España.
“Barcelona sucia”
“Dije que la sociedad estaba sucia y quiero que un día esté más limpia” aseguró el alcalde de Barcelona Xavier Trias al presentar un plan para mejorar la limpieza viaria. Es una forma de invertir en popularidad sin que ello afecte al presupuesto. Barcelona invierte en limpieza unos 250 millones anuales y el nuevo plan del alcalde mantiene este presupuesto pero cambia las normas de actuación de las empresas concesionarias. El plan consiste en cambiar el horario de la recogida de los contenedores (hacerlo por la noche al cierre de los comercios), intensificar el riego de las calles y aumentar la actividad de los barrenderos y aumentar la capacidad de las papeleras en las zonas turísticas.
Por otra parte seguirán intensificando la vigilancia para multar a las numerosas personas que husmean en contenedores en busca de cartones, hierros u otro material que considerar reciclable para negociar con ellos y poder subsistir. Estos grupos han proliferado en los últimos tiempos debido a la crisis, e incluso los más organizados trabajan en equipo y con furgonetas: aparcan junto a los contenedores, uno de ellos se introduce dentro, selecciona lo que le interesa y rápidamente el grupo se va hasta la próxima parada. Otros, más modestos, su utensilio de trabajo es un triste carrito.
El ayuntamiento, sin embargo, sensible al estado de necesidad de muchas de estas personas, prometió prestarles asistencia social.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.