La economía española cerrará el año 2022 con un crecimiento previsiblemente
cercano al 4,6%. No obstante, la cifra esconde una paulatina ralentización de la
actividad económica desde después del verano.

El efecto combinado de los mayores tipos de interés, la subida de la inflación y el
menor crecimiento de nuestros socios comerciales provocaría una moderada
recesión en 2023 (previsión: +0,8%).

«Al igual que en el resto de la economía mundial, los últimos indicadores de actividad de la economía española apuntan a una paulatina desaceleración en los últimos meses del año, una tendencia que se profundizaría durante los meses de invierno y
que se espera se mantenga hasta mediados del año 2023», señala el análisis del Deutsche.

No obstante, augura un mejor comportamiento relativo de la economía española respecto al resto de la Eurozona por la menor dependencia del gas ruso, la favorable contribución de las energías renovables a la producción eléctrica (un 39,9% del total generado a cierre de octubre vs. una capacidad instalada del 60%), y la puesta en marcha en el verano de 2022 de la llamada “excepción ibérica”, que ha permitido una
considerable rebaja de los precios de la electricidad.

España crecerá en 2023 el 0,8%, una cifra superior a la media europea (el PIB de la Eurozona subirá el 0,3%), pero que se sitúa bastante por debajo de las previsiones
incluidas en el Proyecto de Presupuestos presentado por el gobierno español (2,1%).

La economía española afronta esta nueva recesión en mucha mejor situación que la
existente durante la crisis financiera. La deuda del sector privado se ha reducido
considerablemente, y a diferencia de la crisis anterior, existirá un fuerte apoyo fiscal
(fondos europeos Next GenerationEU, ayudas a empresas y familias más afectadas por la subida de los precios).