La Asociación Española para la Digitalización aboga por la durabilidad planificada

01/12/2022

diarioabierto.es. En oposición a la obsolescencia programada, promueve la economía circular.

Se producen 50 millones de toneladas de basura electrónica al año en el mundo. Al ritmo actual, produciremos 120 millones de toneladas para 2050. En Europa, menos del 40% de los residuos eléctricos y electrónicos se reciclan, porcentaje que alcanzó el 41% en España en 2017. Para abordar este desafío se han constituido alianzas como Circular Electronics Partnership, a la que pertenecen muchos grandes nombres del sector de la tecnología y la digitalización, así como organizaciones con y sin ánimo de lucro que trabajan con gran eficiencia sobre la gestión de la circularidad de los equipos y dispositivos. Esta información está recogida en un informe con las mejores prácticas para la sostenibilidad de la tecnología, a lo largo de todo su ciclo de vida.

Elaborado por la Asociación Española para la Digitalización (DigitalES), el informe se titula Equipos y dispositivos sostenibles: durabilidad planificada para una economía cada vez más circular. Durante su presentación, el 1 de diciembre, el director de esta asociación, Víctor Calvo-Sotelo, ha destacado: “Para medir la sostenibilidad de un dispositivo y que el consumidor pueda tomar una decisión informada, hay que tener en cuenta todas las etapas de su ciclo de vida”.

Según explican desde DigitalES, la durabilidad planificada es un concepto que se opone a la obsolescencia programada. “El presente modelo económico de ‘extraer, producir, desperdiciar’ está llegando ya al límite de su capacidad física. Un producto circular es aquel donde el 100% de sus partes no biodegradables pueden ser recuperadas y reutilizadas en un nuevo producto”, argumentan desde esta asociación. Para demostrar que otra forma de producir es posible, representantes de las empresas Cisco España, Fujitsu, IBM, Lexmark, HP, Orange España y Vodafone, han dado a conocer sus propuestas para la consecución de los estándares de sostenibilidad más estrictos, propuestas que se recogen en el informe.

Imagen: Imagen: Dokumol (obtenida en pixabay.com y modificada).

DigitalES promueve una “sostenibilidad por defecto” que permee todas las fases del ciclo de vida de los dispositivos eléctricos y electrónicos: producción, distribución, uso y fin del uso. Y saluda a este respecto las acciones previstas en el Pacto Verde Europeo, como el establecimiento de un “pasaporte electrónico” que contenga información sobre el origen, la composición, las posibilidades de reparación y desmontaje, y la gestión al final de su ciclo de vida. Hasta el momento, las empresas miembros de esta asociación defienden la creación de un marco sectorial de referencia, completando desde el sector privado por sistemas de ecoetiquetado certificables.

Ingeniería intencional
“No hay mejor práctica de economía circular que alargar la vida de los dispositivos. El concepto de ‘durabilidad planificada’ ambiciona asimismo prolongar la vida económica útil de los materiales y los recursos tanto como sea posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos. Se trata de una ‘ingeniería intencional’ por la que los equipos y dispositivos se diseñan para durar en el tiempo”, se apunta en el informe.

En relación su impacto sobre el empleo, sostienen desde DigitalES que “el fomento de la economía circular implica la creación de puestos de trabajo, fundamentalmente asociados al sector del reciclaje, del reacondicionamiento y del sector servicios, como consecuencia de un mayor consumo de servicios en lugar de productos. Estos empleos, en algunos casos, no requieren de elevadas capacitaciones, lo que puede contribuir a paliar el desempleo en personas con riesgo de exclusión social, mientras que otros estarán vinculados a nuevas cualificaciones y tecnologías”.

Una UE más circular
El informe de DigitalES hace referencia al Plan de Acción de Economía Circular de la UE. Este plan expone cómo la UE pretende lograr una economía circular para 2050. Este plan prevé, entre otros aspectos, el desarrollo progresivo de un marco para una política de productos sostenibles, con medidas sobre el diseño de los productos, la capacitación de los consumidores y los compradores públicos, y una mayor circularidad en los procesos de producción.

Y cita este informe el Plan de trabajo sobre Diseño Ecológico y Etiquetado Energético de la UE 2022-2024, que “aprovecha el poder del mercado único en la UE y fuera de ella, en beneficio de los consumidores, las empresas y el medio ambiente”. De hecho, el último informe sobre la contabilidad del impacto del diseño ecológico estima que el efecto acumulado de las normas de la UE sobre diseño ecológico y etiquetado energético en 2020 redujo la demanda de energía primaria de la UE en un 7% o 1.037 TWh/año, lo que supone una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de unos 170 Tm de equivalente de CO2).

El 30 de marzo de 2022 se publicó la propuesta de Reglamento de la Comisión Europea sobre diseño ecológico de productos sostenibles, basada en la Directiva de Ecodiseño (Directiva 2009/125/CE). La propuesta, que forma parte de la Iniciativa sobre Productos Sostenibles (IPS), establece nuevos requisitos para hacer que los productos sean más duraderos, fiables, reutilizables, actualizables, reparables, más fáciles de mantener, renovar y reciclar, y eficientes en el uso de la energía y los recursos. Además, los requisitos de información específicos de los productos garantizarán que los consumidores conozcan el impacto medioambiental de sus compras. Para ello, cada producto comercializado en la UE tendrá que incluir un pasaporte digital que proporcione información relacionada con la composición, las propiedades químicas y materiales, así como indicaciones para su reparación. Asimismo, la propuesta comprende medidas para poner fin a la destrucción de las existencias de bienes de consumo no vendidos, o para ampliar la contratación pública ecológica, entre otras.

Imagen: Dokumol (obtenida en pixabay.com y modificada).

Índice de reparabilidad
La Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, fija como objetivo general la reducción en peso de los residuos en un 13% para 2025 y un 15% para 2030, respecto a 2010. Así, se propone cumplir con los nuevos objetivos establecidos en las directivas comunitarias. Entre otras medidas, se incluyen la prohibición de la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes o aparatos eléctricos, que deberán destinarse en primer lugar a canales de reutilización, incluyendo su donación, y cuando esto no sea posible, a la preparación para la reutilización. Con respecto a la comercialización de equipos eléctricos o electrónicos, se deberá informar sobre su reparabilidad. Para ello, no obstante, queda pendiente el desarrollo reglamentario de un índice de reparabilidad.

“Desde DigitalES, abogamos por un ‘índice de reparabilidad’ armonizado con los desarrollos que todavía se están definiendo en la UE sobre esta materia; que concrete metodologías y criterios técnicos —allá donde sea posible— para dar uniformidad al marco legal, y que incorpore un periodo transitorio de voluntariedad, para fomentar una implementación progresiva y más efectiva”, destaca el informe, donde se leen estos datos relevantes:

♦ La tecnología puede ayudar a conseguir hasta un 40 % del objetivo de reducción de emisiones para 2030 en los siguientes sectores productivos: construcción, energía, transporte y manufactura.

♦ La humanidad utiliza el equivalente a 1,75 Tierras para proporcionar los recursos que usamos y para absorber nuestros desechos  ). Esto significa que la Tierra tardaría un año y ocho meses en regenerar lo que usamos en un año.

♦ El efecto acumulado de las normas de la UE sobre diseño ecológico y etiquetado energético en 2020, redujo la demanda de energía primaria de la UE en un 7% o 1.037 TWh/año (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de unos 170 Tm de equivalente de CO2). Esta estimación está recogida en el último informe sobre la contabilidad del impacto del diseño ecológico.

♦ Para 2030, la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética establece objetivos como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 2% respecto del año 1990, o alcanzar una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, como mínimo, un 42%.

♦ Los cargadores desechados y no utilizados contribuyen a alrededor de 11,000 toneladas de desechos electrónicos cada año. A partir de 2024, en virtud de la directiva sobre equipos de radio —Radio Equipment Directive (RED)— todos los nuevos teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales, consolas de videojuegos portátiles, auriculares, auriculares, altavoces portátiles, lectores electrónicos, teclados, ratones, sistemas de navegación portátiles y auriculares deberán estar equipados con un puerto de carga USB-C. La fecha límite para los ordenadores portátiles es 2026.

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