El Marco de Basilea es el conjunto completo de normas del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, el principal emisor de estándares globales para la regulación prudencial de los bancos, incluye cuestiones relacionadas con los riesgos financieros relacionados con el clima.

El Comité de Basilea está adoptando un enfoque para abordar los riesgos financieros relacionados con el clima para el sistema bancario mundial, dentro de su mandato de fortalecer la regulación, supervisión y prácticas de los bancos en todo el mundo con el propósito de mejorar la estabilidad financiera.

Al llevar a cabo este trabajo, el Comité de Basilea está examinando hasta qué punto los riesgos financieros relacionados con el clima pueden abordarse dentro del Marco de Basilea, identificando posibles brechas.

En 2021, el Comité de Basilea publicó informes que concluyeron que los impulsores del riesgo climático pueden capturarse en las categorías tradicionales de riesgo financiero. Por esa razón, los bancos deben considerar cómo incorporar los riesgos financieros relacionados con el clima en su interpretación y aplicación del Marco de Basilea.

Como parte de su enfoque, el Comité de Basilea ha desarrollado respuestas a preguntas frecuentes para aclarar cómo se pueden capturar los riesgos financieros relacionados con el clima en los estándares existentes. Las respuestas están destinadas a facilitar la interpretación coherente de las normas existentes, dadas las características únicas de los riesgos financieros relacionados con el clima, por lo que «no deben interpretarse como cambios en los estándares».

Las respuestas son consistentes con los Principios del Comité de Basilea para la efectiva gestión y supervisión de riesgos financieros relacionados con el clima, formulados en 2022.

Las respuestas «reconocen explícitamente las limitaciones de datos y que las prácticas evolucionarán con el tiempo». «Dado que los desafíos derivados de las limitaciones metodológicas y de datos no se pueden resolver por completo en este momento, las respuestas están destinadas a permitir la flexibilidad y al mismo tiempo alentar a los bancos a desarrollar continuamente su medición y mitigación de los problemas financieros relacionados con el clima riesgos y, por lo tanto, promover una implementación globalmente consistente del Marco de Basilea».