La Unión Europea alcanzó este domingo un acuerdo que permitirá reformar el mercado del carbono y que tiene como objetivo global la reducción de las emisiones de CO2. El pacto, que ha costado -incluso en la fase final- horas y horas de negociaciones, implica diferentes compromisos que afectan a distintas actividades pero que se considera indispensable para cumplir objetivos que son calificados de «ambiciosos» por los protagonistas del acuerdo.
Afecta a la industria y a las centrales eléctricas. Y también, y ha sido uno de los más difíciles de alcanzar, a los carburantes que se utilizan en los vehículos y para la calefacción de los edificios a partir de 2027. Si bien se ha impuesto un tope de 45 euros la tonelada y que la medida no se aplicará en el caso que se produzca una nueva subida de los precios de la energía.
Un tema clave que han acordado la UE y la Eurocámara del nuevo sistema que regulará el mercado del carbono es la reforma del comercio de emisiones (ETS), que consiste desde que se aprobó en 2005 en fijar un precio a las emisiones de gases con efecto invernadero. Gases que emite industrias intensivas en el consumo de energía, así como determinadas tecnologías para generar electricidad.
Es un sistema que permite a las centrales eléctricas que contaminan y las industrias que comprar derechos de emisión de CO2. Estos «permisos» para contaminar se van a reducir en un 62% para 2030. Punto que obligará a las compañías y propietarios de activos contaminantes a ir reduciendo las emisiones que ya no podrán comprar. Además se irán retirando derechos de forma gradual,
En la actualidad el mercado de carbono de la UE implica que del orden de 10.000 centrales eléctricas e industrias compren permisos de CO2 cuando contaminan; es un sistema que hasta ahora ha servido para cumplir con el objetivo de Bruselas de recortar las emisiones netas un 55% en 2030 en relación a las lanzadas a la atmósfera en 1990.
“A partir de 2027 será la hora de la verdad. Todo el mundo tiene que reducir las emisiones para entonces o tendrá que pagar mucho”, manifestó el negociador del Parlamento Europeo, Peter Liese, añadiendo que esperaba que este plazo cercano fomente la inversión en energía verde.
La UE pondrá en marcha un fondo de 86.700 millones de euros para apoyar a los consumidores y a las pequeñas empresas en las inversiones ¡ en la renovación de edificios para ahorrar energía o para la adquisición de vehículos eléctricos.