La frenada del empleo ensombrece el final del año del despegue del indefinido

03/01/2023

Luis Martínez del Amo. La Seguridad Social quiebra una racha de 19 meses seguidos con aumento de afiliados, en términos desestacionalizados.

Afiliación media a la Seguridad Social (gráfico: SS)

La Seguridad Social concluyó 2022 con más de 20 millones de afiliados, un hito nunca alcanzado en la serie de ejercicios del instituto de previsión social. Sin embargo, el mes de diciembre la evolución del empleo siguió mostrando signos de ralentización. En términos desestacionalizados, la afiliación cayó en 8.000 personas el último mes del año. Un mal dato, que contrasta con los 40.000 nuevos afiliados cosechados de media en diciembre en los años previos a la pandemia. Y que rompe una tendencia mantenida de aumento del empleo en esta serie, iniciada en mayo de 2021.

Los datos de afiliación ofrecen más pistas sobre la evolución del empleo en la recta final de 2022. Un año marcado por la salida de la crisis provocada por la pandemia de Covid, y por la guerra en Ucrania, que disparó el precio de alimentos, combustibles y energía a lo largo de todo el año.

A pesar del contexto complicado, el mercado de trabajo español aguantó el tipo en 2022. El año se cierra con 20,3 millones de afiliados, un hito nunca alcanzado al cierre de un ejercicio, logrado tras sumar casi medio millón de afiliados en los últimos doce meses; exactamente, 471.000, de media.

Gráfico: SEPE

Unos datos que, combinados con los del paro, también conocidos hoy, ofrecen muestras de la resistencia de un mercado de trabajo en plena transformación, en lo relativo a su normativa. En 2022, el paro bajó hasta los 2,83 millones de personas, después de restar en diciembre 43.700 personas a las listas del SEPE — el cuarto mes seguido de descensos — y casi 270.000 parados menos a lo largo del año.

Datos positivos que se complementan con el que es sin duda el dato del año: la firma de siete millones de contratos indefinidos —2,3 millones de ellos, fijos discontinuos—, después de que en 2022 una nueva reforma laboral proscribiera el uso del contratos temporales, que, en este último caso, acaban el año con una caída del 35%.

Cae la afiliación en diciembre

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, insiste cada mes en la necesidad de mirar los datos desestacionalizados, aquellos que, despojados de la influencia del calendario, estiman mes a mes el crecimiento del empleo, eliminando los vaivenes de la estación del año.

Pues, bien, este dato muestra a las claras el freno que la parte final del año, con un contexto económico complicado por la alta inflación, y cuando se va perdiendo el impulso de la salida de la crisis Covid, va imponiendo sobre el mercado de trabajo español.

En diciembre, esta afiliación desestacionalizada refleja una pérdida de empleo leve — algo menos de 8.500 afiliados menos —, pero que destaca en números rojos sobre una serie de crecimientos sin pausa desde mayo del pasado 2021.

De hecho, los 8.350 afiliados menos, comparados con el período previo a la pandemia, se sitúan a un distancia de casi 50.000 afiliados, si se los compara con los casi 41.000 afiliados más que en los años previos a la pandemia — de 2013 a 2019 — se cosechaban de media en diciembre, también en términos desestacionalizados.

El desglose de actividades ofrece pistas de la frenada en el empleo. En el régimen general, ahora ya en términos medios, el empleo cayó en diciembre, si se descuenta el sistema especial agrario, que, con sus casi 20.000 afiliados medios más en diciembre, sostuvo los datos del régimen entero, que concluyó el mes con unos 15.500 empleados más; tras perderse, paralelamente, durante ese mes casi un millar de autónomos.

Por actividades, y a pesar de la caída de diciembre, la construcción sigue mostrando su fortaleza, y cierra el año con un crecimiento anual del 5%, unida al transporte, la información y las comunicaciones, las actividades profesionales, científicas y técnicas, las inmobiliarias, y la hostelería, un rubro este último que, pese a perder casi 25.000 ocupados en diciembre, cierra el año con un crecimiento del 90.000 cotizantes, un 7,3% más.

También el comercio crece en el régimen general, aunque no en el de los autónomos, un régimen que pierde en diciembre casi 1.000 afiliados, para finalizar el año prácticamente donde lo empezó, con unos 3,33 millones de afiliados, a pesar del persistente declive de la actividad comercial autónoma, que cierra el año con casi 20.000 trabajadores menos, tras perder en diciembre un millar de estos ocupados por cuenta propia; lo que contrasta con el auge de otras ocupaciones, como las inmobiliarias, las artísticas y recreativas, y las ligadas a la información, que cierran el año con crecimientos cercanos al 4% anual en cada caso.

Si este año se caracterizó por la fuerte expansión del contrato indefinido, y especialmente del fijo discontinuo, la pandemia tuvo como rasgo principal el número de trabajadores en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que después de llegar a afectar a más de 3 millones de personas en pleno auge de la epidemia, ahora cierran el año con apenas 20.000 trabajadores en ERTE, de los cuales, un millar se encuadran en el sector de las agencias de viajes, dentro del llamado Mecanismo RED, mientras que otros 18.000 corresponden a causas económicas u organizativas (ETOP).

El año del contrato indefinido

Mención aparte merece la expansión del contrato indefinido durante el año recién finalizado. En 2022, después de aprobarse la última reforma laboral, la contratación temporal cayó casi un 35%, mientras que, paralelamente, se firmaron siete millones de contratos indefinidos, cinco millones más que en el ejercicio anterior.

De los siete millones de indefinidos, 2,32 millones se corresponden con los llamados fijos discontinuos, una modalidad contractual que, rescatada de sectores eminentemente estacionales, como el turismo o la agricultura, sella un compromiso más duradero entre el trabajador y la empresa, aunque no ofrezca trabajo todo el año.

Una modalidad que, además de introducir dudas sobre lo certero de las actuales estadísticas del paro — que no contabilizan a los fijos discontinuos como parados entre llamamiento y llamamiento, aunque puedan estar incluso cobrando la prestación por desempleo — ha venido a rellenar el hueco que antes ocupaban los contratos temporales, en compañía de la contratación a tiempo parcial.

De hecho de los siete millones de indefinidos firmados en 2022, apenas tres millones se corresponden con indefinidos ordinarios a jornada completa, mientras que el resto se reparte, entre los mencionados 2,32 millones de fijos discontinuos, y 1,2 millones de indefinidos ordinarios a tiempo parcial.

Así, mientras los indefinidos ordinarios a tiempo completo crecen un 130% respecto a 2021, los de esta categoría pero a tiempo parcial lo hacen al 210%.

Un panorama que se completa, si bien parcialmente, pues los datos corresponden a noviembre, con las ayudas al desempleo y el empleo público.

En el primer caso, los beneficiarios de prestaciones rondaron en noviembre los 1,8 millones de personas — unos 65.000 más que un mes atrás — lo que situó el gasto en casi 1.750 millones de euros; y dio cobertura al 66% del total de los parados, seis puntos más que hace un año.

En cuanto a las Administraciones Públicas, el empleo creció en noviembre en casi 80.000 personas, a un ritmo del 2,8% anual; que casi se duplica en el caso de la Administración central.

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