Kemuri es el nuevo proyecto de Dani García, con esencia y espíritu nipones, que ofrece la pureza de la gastronomía japonesa en el exclusivo enclave de Puente Romano. Con una capacidad de unas cuarenta personas, se trata del primer concepto de restaurante que el chef dedica a esta cocina, rindiendo así homenaje a amigos y colegas como el mítico Nobu Matsuhisa o al veterano Jiro Ono, el mejor chef de sushi del mundo con quien Dani se formó en Japón, y cuya camiseta dedicada tiene un lugar preferente en las paredes del local.
Este establecimiento, inaugurado el pasado verano, rinde culto a una de las cocinas más fascinantes del mundo y pretende transportar al comensal a Kioto, símbolo de la tradición y la artesanía de aquel país. A Kemuri -que significa humo en su idioma nativo- hay que ir con la mente abierta y dispuestos a apreciar cada detalle porque el espacio y sus platos bien lo merecen. La carta incluye una propuesta auténtica con platos procedentes de la cocina nipona más clásica, con algún pequeño guiño y reinterpretación.

Gyozas Kemuri
Kemuri es un espacio diseñado en base al contraste de claroscuros propio de la arquitectura de aquella zona. En cuanto lo pisas te trasladas a una taberna japonesa con sus juegos de luces y sombras que conforman un entorno envolvente, los estucos rugosos, las paredes empapeladas en tonos dorados envejecidos, las maderas de tonos oscuros, las puertas correderas de papel traslúcido o los marcos de madera propios de aquel país. Una verdadera izakaya donde apetece quedarse y conocer a fondo sus sabores tradicionales.

Sopa Miso Kemuri
La barra de omakase es el epicentro del restaurante, donde el itamae o jefe de cocina forma parte de la experiencia del comensal, trabajando las piezas de pescado en directo ante los ojos de todos. La oferta culinaria se centra en sabores puros, alejándose de la occidentalización que ha sufrido la cocina japonesa en los últimos años en Europa. Se puede empezar con una deliciosa sopa miso elaborada con tofu ahumado; o con una sorprendente sopa shabu hecha con láminas de ventresca O´toro y finalizada en la mesa. Para continuar, hay que probar alguna de las especializades de robatayaki, la técnica ancestral en la que se cocinan sobre el carbón carnes, pescados, verduras y brochetas; imperdible la de anguila kabayaki, que traen viva desde Japón; la de wagyu o la de molleja. Las tempuras salen ligeras y crujientes; muy buena las de langostinos e imprescindibles las de calamar narisawa, una especialidad que llega específicamente desde el país nipón. Otros platos que llaman la atención son las gyozas de wagyu, el pollo frito al estilo japonés, el bacalao negro marinado en miso; el donburi (arroz gohan, verduras, setas y anguila Kabayaki), o el chirashi sushi de O’Toro -o de wagyu- con yema de huevo y furikake.

Sakes Kemuri
Impresionante la carta de vinos con más de mil cuatrocientas referencias; en la bodega se encuentran auténticas joyas. Y atención a los detalles de gran valor añadido que ofrecen, como el wasabi natural rayado al momento; las sojas maduradas de diversas añadas; los tés de procedencia japonesa y, sobre todo, la carta de sakes, que consta de una minuciosa selección (aproximadamente unos cuarenta). Un viaje a través de los diferentes estilos y prefecturas japonesas con botellas tan únicas como el Sankyo Súper 7 2021 de Niizawa, que pasa a ser una de las más destacadas. Lo mejor es ponerse en manos del sommelier Dominik Ponomarew y dejarse sorprender por este licor ancestral o hacer un maridaje en la cena con diversos tipos de sakes, adaptados a cada plato.

Tempura Kemuri
A última hora de la noche Kemuri se transforma en un cóctel-bar de estilo clandestino donde poder disfrutar de las veladas más singulares de Marbella. Kurai -oscuro en japonés-, es una barra de coctelería con una carta de autor firmada por Dani García y dirigida por Manu Valenciano; los cócteles se basan en la cultura y tradiciones niponas y están diseñados en línea con la propuesta gastronómica del restaurante; la inspiración para su creación proviene de la historia que hay detrás de los llamados Cinco Tesoros Nacionales de Japón. Algunos de los tragos son memorables, como el denominado Hishaku elaborado con mezcal, licor de melón con pimienta sichuán, zumo de yuzu natural, wasabi, chocolate blanco y té matcha; o el Kemuri, con cordial casero de Lapsang Sounchong, ponzu de cinco cítricos, aroma de tierra húmeda e infusión en hielo seco de té de cacao y especias.

Tataki bonito Kemuri
En definitiva, si quieres alejarte de los japoneses modernos, disfrutar de productos exclusivos, elaboraciones tradicionales y deseas dejarte sorprender por detalles de calidad y buen gusto, esta taberna al estilo de las izakayas tiene mucho que ofrecerte.
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