Se cumplen diez años de la famosa frase de Federico Trillo, entonces presidente del Congreso de los Diputados, cuando comentó ¨Manda Huevos¨ al leer en público el enrevesado articulado de una norma. Su expresión se hizo viral, hasta el punto de ser muy utilizada desde entonces en cualquier discusión.

El Ancla del Lago (Paseo María Teresa, 2, en la Casa de Campo de Madrid, teléfono: 91 354 36 07) aprovecha la ocasión para sorprender con una original iniciativa gastronómica.

Se trata de versiones de los huevos con patatas de toda la vida para celebrar con el estómago lleno y satisfecho esos diez años del Manda Huevos.

Los platos de MandaHuevos que han elaborado Luis Garcia y Adelino
Gil, los alma mater de El Ancla del Lago, para celebrar el aniversario son los siguientes:

• 1. Mandahuevos de Gulas y Gambas: sabrosos y jugosos.
• 2. Mandahuevos con Chistorra: toda una delicatessen al paladar.
• 3. Mandahuevos con Jamón Ibérico: para los amantes del más característico producto español.

En una nueva demostración de que la cantidad no está reñida con la calidad, los Mandahuevos de El Ancla del Lago son pantagruélicos. Son platos más que generosos para dos personas, que no se quedarán precisamente con hambre después.

El Ancla del Lago no escatima gulas ni gambas, tampoco patatas. Ni siquiera huevos (van cuatro en cada plato). Así que es una comida más que suficiente para saciar a dos comensales, por mucho apetito que traigan después de dar un buen paseo por la Casa de Campo.

No obstante, antes del Mandahuevos se puede abrir el apetito con una parrilla de verduras que también es muy generosa en cantidad, y de nuevo sin detrimento de la calidad. O las croquetas de jamón, grandes y jugosas. Más ahora que se celebra el Día Mundial de la Croqueta (el 16 de enero).

Esta original propuesta casa muy bien con el frío que invade estos días el pulmón de la capital de España. Y hace más llevadera la vuelta al trabajo tras el fin de semana.

Los Mandahuevos enriquecen todavía más la oferta que está revolucionando la Casa de Campo. Sobre todo la nueva carta de carnes, donde no puede faltar un clásico marca de la casa: el lomo de buey a la parrilla con carbón, para que cada comensal se haga la carne a su gusto.

Sin menospreciar, desde luego, el chuletón de ternera, la paletilla lechal, el solomillo de ternera, el entrecot. O el conejo al ajillo entero. Otro manjar. Todo ello, acompañado, si se quiere, con pimientos asados y con patatas

En pescados, destaca el rodaballo a la parrilla crujiente con crema de carabineros, pero no se queda atrás la sepia, el lenguado a la parrilla, los chipirones, o el pulpo braseado con patatas revolconas, todo un descubrimiento.

Pero El Ancla del Lago es más que una comida, por muy abundante que ésta sea. Es también la visión de una lámina de agua, la silueta de Madrid, con la cúpula de pizarra oscura de la Catedral de la Almudena, los edificios que rodean la Plaza de España; unos patos que salen del agua buscando nuevos caminos para alimentarse, y la sombra de unos árboles con su brisa, que invitan a la relajación y al disfrute, a dejar que pase la vida por delante.

Es también el otro ancla, el de hierro forjado que la Real Liga Naval Española regaló al pueblo de Madrid en 1979.

Todo esto, y mucho más, es El Ancla del Lago: un lugar para comer, disfrutar y descansar.