El proceso para la reforma del mercado eléctrico ha dado un paso relevante. La Comisión Europea ha abierto este lunes la consulta pública para el nuevo diseño del sistema con dos objetivos básicos: reducir la volatilidad y la escalda de los precios con el fin de proteger a los consumidores, ya sean empresas o domésticos. El segundo es garantizar el acceso a energías renovables, que además de facilitar la descarbonización de la economía, permite reducir la dependencia, factor que se ha descantado como determinante con la invasión de Ucrania por Rusia.

El periodo ahora iniciado estará abierto durante tres semanas, hasta  el 13 de febrero. A partir de ahí, Bruselas hará su propia propuesta, y presentará su plan a finales de marzo. La encuesta afronta los temas que deberán modificarse respecto a la regulación actual, que algunos países consideran que están ya obsoletos. Con los objetivos clave coinciden los miembros de la UE, pero no en las vías para conseguirlos.

Si bien varios Gobiernos habían señalado que el periodo dado por la entidad que preside por Ursula von der Leyen no era suficiente, España, Francia y Grecia ya remitieron sus planes de reforma hace semanas.  Para la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, España apoya que se facilite el despliegue de renovables, la mejora de la protección de los consumidores ante la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles, así como avanzar en materia de transparencia.

Todos los miembros de la UE, en base a las conversaciones previas, comparten los fines citados, si bien, medios consultados señalan que, al igual que ha ocurrido en otras reformas, el consenso no va a ser fácil. Un tema espinoso es la posible desvinculación de las energías renovables de los precios del gas. Es relevante, asimismo, para las compañías eléctricas europeas.

Desvincular la remuneración de las plantas eólicas, solares y de otras tecnologías consideradas verdes es un factor que determinaría el cambio del mercado mayorista, conocido como pool, y ha sido reivindicado por España.

También apoya que la mayor parte de la energía que se consuma se fije a través de contratos a plazo establecidos desde un regulador público. Habría contratos a plazo de energía que funcionarían para tecnologías renovables, nucleares e hidráulicas y así se fijaría un precio fijo para un período largo. Si el precio del mercado diario es más bajo, las eléctricas devolverían lo cobrado de más, y si es más alto, se les abonaría la diferencia.

Este sistema sería novedoso para nucleares e hidráulicas. En estos casos supondría sacar la energía que generan del mercado diario para regularla desde lo público, lo que implica que es necesario  reformar el mercado interior e la UE que ahora no lo permite.

Una de las reacciones ante el plan elaborado por el departamento que dirige Teresa Ribera llegó desde Alemania. El ministro de Economía de ese país Robert Habeck, ha expresado su apoyo a la propuesta de España para reformar el mercado eléctrico de Europa, que tiene como objetivo desvincular el coste de la energía renovable de los precios del gas. “España ha hecho una propuesta muy interesante”, ha declarado Habeck en una conferencia organizada en Berlín por el diario ‘Handelsblatt’, agregando que ofrece una buena base para la negociación.