Las gestoras vaticinan rentabilidad para los inversores tras la reapertura de China

24/01/2023

Miguel Ángel Valero. Detectan oportunidades interesantes en acciones de operadores turísticos, hoteles, restaurantes, tiendas libres de impuestos y marcas de artículos de lujo.

Desde que inició la apertura de su economía, a finales de la década de 1970, China se ha convertido en un importante motor para la economía mundial con tasas medias de crecimiento superiores al 9% que no comenzaron a caer hasta 2010. El último informe difundido por Crédito y Caución enumera los diez factores que afectan al crecimiento de China y que sustentan el escenario de una ralentización progresiva que situará su tasa media entre 2031 y 2050 en torno al 2,5%.

A corto plazo pesará especialmente sobre la economía los efectos de la política de covid cero (1º). Los estrictos confinamientos de los últimos años y el uso de vacunas menos eficaces han dejado una población con poca inmunidad. El informe prevé que China necesite más tiempo para estabilizar el número de casos que los dos o tres meses empleados por otros países tras abandonar las restricciones de movilidad. A eso se suma la crisis del sector inmobiliario (2º), que representa el 25% del total de los préstamos bancarios. Aunque la Administración hará lo necesario para evitar el colapso del sector, su lenta recuperación seguirá ejerciendo presión sobre el crecimiento económico durante al menos cinco años. Además, el elevado endeudamiento (3º) de las administraciones locales y las empresas estatales representa un riesgo para la estabilidad financiera del país.

Crédito y Caución prevé que el impacto en el crecimiento económico de estos tres primeros factores, muy relevante en la actualidad, disminuya progresivamente pero otros factores afectarán negativamente a las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Uno de los más relevantes será el envejecimiento de la población (4º), que se mantendrá durante décadas y tendrá un profundo impacto en la economía. A ello se sumará el desajuste del capital humano (5º): los trabajadores no cualificados contribuyeron en gran medida al crecimiento de China, pero cada vez son más las empresas que trasladan la producción manufacturera a países con salarios más bajos, como Vietnam, Malasia e India. Modernizar su industria sería la respuesta lógica de China, pero la mano de obra china tiene uno de los niveles de educación más bajos de los países de su entorno.

Además, el crecimiento de la productividad (6º) se ha estancado desde la crisis financiera de hace doce años y se ha incrementado el control del Estado sobre el sector tecnológico (7º) en un momento en que China tiene que competir con otros países asiáticos para atraer inversiones. El énfasis en la autosuficiencia (8º) mediante la doble circulación también podría ralentizar el crecimiento. Con esta estrategia, lanzada en 2020, China se centra más en el mercado interno, la circulación interna, sin abandonar su estrategia de desarrollo orientada a la exportación, la circulación externa. En un periodo de crecientes tensiones geopolíticas, esta estrategia de sustitución de importaciones puede ser comprensible, pero se hace a expensas de la eficiencia económica.

Además de estos factores internos, el crecimiento económico de China se verá afectado por su relación con el resto del mundo. La conciencia de que las cadenas de suministro son vulnerables ha crecido con la pandemia. En su punto álgido, los cierres patronales en China y otros países interrumpieron el transporte marítimo internacional, crearon escasez de productos esenciales y provocaron un aumento de los precios de las materias primas. Muchos países de destino de las exportaciones chinas quieren reducir su actual dependencia para asegurar sus cadenas de suministro (9º). Estrechamente entrelazado con la búsqueda de la autosuficiencia y la seguridad de las cadenas globales está el endurecimiento de la rivalidad geopolítica (10º) con Estados Unidos y la guerra comercial que dura ya más de cuatro años y ha entrado recientemente en una nueva fase más intensa.

MainFirst: interesantes oportunidades de inversión

Pero MainFirst cree que la reapertura de China, iniciada aprovechando el Año Nuevo (que comenzó el 22 de enero bajo el signo del Conejo, un símbolo de buena suerte), generará rentabilidad para los inversores. Frank Schwarz, gestor de MainFirst, subraya que «el repentino fin de las restricciones Covid en China abre interesantes oportunidades de inversión».

Desde el 8 de enero de 2023, los ciudadanos chinos ya no están sujetos a restricciones de viaje. De esta manera, vuelve a ser posible viajar tanto dentro del país como al extranjero. Al mismo tiempo, el Gobierno chino está adoptando numerosas medidas de apoyo para garantizar una rápida recuperación de la economía. «Esto junto, a una valoración absoluta y relativa históricamente baja del mercado de renta variable chino, supondrá para los inversores una buena posición de partida. Además, los fondos internacionales tienen una fuerte infraponderación en renta variable china», argumenta.

«Un buen indicador de la normalización tras los confinamientos es el tráfico de Metro en las megaciudades del país. De hecho, las cifras actuales muestran que casi se ha alcanzado de nuevo el nivel normal en una semana. Lo mismo puede decirse del tráfico en las autopistas. Los vuelos nacionales también han recuperado actualmente el 82% de sus niveles anteriores a la Covid-19. Mientras que el tráfico nacional se recupera rápidamente y puede alcanzar nuevos máximos históricos ya en el segundo trimestre, los vuelos internacionales tardan mucho más. Aquí se ha producido un descenso del 95% en los últimos tres años. Sin embargo, las reservas vuelven a aumentar con fuerza, sobre todo para viajes a Hong Kong, Macao y Tailandia. Para destinos como EE.UU. o Francia, probablemente pasarán de uno a dos años antes de que se vuelvan a alcanzar los niveles de 2019.

¿Qué supone esta nueva situación para los inversores? Las oportunidades interesantes podrían ser acciones de operadores turísticos, hoteles, restaurantes, proveedores de tiendas libres de impuestos y, desde una perspectiva europea, marcas de artículos de lujo como LVMH, Richemont o L’Òréal. Además del fuerte aumento de los volúmenes por el lado de la demanda, hay escasez de oferta. Este fenómeno también se ha observado en Europa, con precios récord en vuelos, hoteles o coches de alquiler», añade.

Antes de la Covid-19, el 31% del gasto en artículos de lujo procedía de ciudadanos chinos. Debido a las restricciones de viaje, esta cifra se redujo al 19% en la actualidad. Sin embargo, la situación patrimonial de los chinos ha seguido mejorando. «Ahora esperamos ver cierto «gasto de venganza» en viajes y otros artículos de lujo, como bolsos, etc. En el pasado, los chinos gastaban aproximadamente la mitad de sus gastos de lujo en viajes al extranjero y la otra mitad en casa. Por un lado, un bolso Louis Vuitton es un 30% más barato en París que en casa. Por otro, tampoco hay que subestimar la experiencia de compra percibida al comprar en París o un traje en Milán, especialmente entre la generación de las redes sociales. Los analistas prevén que las ventas mundiales del sector del lujo aumenten un 5% este año. Con una recuperación del gasto en China, esta cifra podría ser del 11%. Si vuelven algunos de los viajes al extranjero, sería posible incluso un crecimiento medio del 15% para las empresas de lujo», apunta.

Los ciudadanos se preparan para las vacaciones de Año Nuevo, uno de los periodos clave en los que más viajan. El Ministerio de Transportes espera ya una recuperación hasta el 70% de los niveles normales. Según las plataformas de viajes, hay muchos indicios de que esta cifra podría incluso superarse.

«Sin embargo, esto también debe tratarse con cautela, ya que el cambio de rumbo relativamente brusco en la estrategia de Covid cero de China y la oleada de casos de la variante Ómicron que ahora prevalece allí podrían exacerbar de nuevo la situación. Esto se debe a que podrían desarrollarse varios escenarios a partir de esta situación. Otro confinamiento tendría un impacto masivo en el comercio mundial. Y si el país volviera a cerrar sus fronteras, esto también tendría un impacto drástico en los viajes. En cuanto a los viajes, ya existen restricciones: países como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, España y Corea del Sur exigen un resultado negativo en la prueba Covid antes de entrar. Esto restringe los viajes y podría provocar un descenso significativo de las cifras. Sin embargo, una rápida superación de la ola también podría conducir a una rápida recuperación de la situación», concluye.

Schroders cree que «lo peor de la desaceleración ya ha pasado»

«Esperamos que la economía china se recupere en 2023. Nuestro escenario base de previsión contempla un crecimiento del PIB hasta el 5% desde el 3% de 2022. La rápida eliminación de las restricciones frente al Covid debería conllevar que la economía empiece a mejorar antes. El sector servicios en particular debería beneficiarse, y esto podría significar que la economía crezca más rápido de lo que prevemos actualmente. Entretanto, el gasto en infraestructuras fue boyante en 2022 y debería apuntalar el crecimiento durante un tiempo más, ya que la política sigue siendo de apoyo. Los indicadores del mercado inmobiliario pueden haber empezado a encontrar un suelo y podrían registrar cierta recuperación en 2023 desde una base muy baja», vaticina David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders.

«Los nuevos brotes de Covid siguen siendo un riesgo», avisa Louisa Lo, responsable de renta variable de gran capitalización de China en Schroders. «La renta variable china seguirá viéndose influida por la macroeconomía mundial, es decir, el alcance de las subidas de tipos y la desaceleración económica en EE.UU. y Europa. Un pico en el ciclo de tipos estadounidense y un dólar más débil deberían favorecer la liquidez de los mercados emergentes», argumenta.

«China ha eliminado recientemente todos los obstáculos importantes para su reapertura post Covid más rápido de lo esperado. Se prevé que esto proporcione un apoyo sustancial a la recuperación del gasto de los consumidores. A su vez, esto debería respaldar los beneficios internos en muchos sectores de la economía. Sin embargo, la salida de la política de Covid cero sigue siendo un riesgo en medio de nuevos brotes del virus y, en consecuencia, el impulso económico podría ser volátil», matiza.

«El Gobierno también ha tomado medidas para seguir apoyando el mercado inmobiliario. Sin embargo, las ventas inmobiliarias tendrán que mejorar para que el sector se recupere plenamente y, lo que es más importante, para que los inversores acepten que los riesgos sistémicos están disminuyendo», añade.

«A pesar del reciente repunte, seguimos viendo oportunidades por razones de valoración en la renta variable en China y Hong Kong», insiste.

Julia Ho, responsable de macroeconomía asiática y renta fija de Schroders, aporta más reflexiones: «Tras el abandono de la política china de Covid cero, la reapertura de las fronteras va a ser un camino lleno de baches. Somos optimistas en cuanto a que la lenta normalización del turismo extranjero debería contribuir a frenar el deterioro de la balanza de pagos y a estabilizar el renminbi chino. (La balanza de pagos es la diferencia de valor total entre los pagos que entran y salen de un país durante un periodo determinado). Esta estabilidad monetaria, junto con unas presiones inflacionistas atenuadas y un ritmo modesto de recuperación económica, debería suponer un aliciente para la deuda pública china, ya que la política monetaria puede seguir siendo acomodaticia».

«Lo peor de la ralentización ya ha pasado, pero la liquidez y los flujos de caja son clave», considera Peng Fong Ng, responsable de crédito de Asia en Schroders: «En toda Asia, las valoraciones del crédito son atractivas y nos gusta especialmente el crédito asiático con grado de inversión. Este segmento ofrece atractivos ingresos ajustados al riesgo. (los bonos con grado de inversión son los de mayor calidad según lo determinado por una agencia de calificación crediticia; los bonos de alto rendimiento son más especulativos, con una calificación crediticia inferior al grado de inversión)», recomienda.

«El crédito asiático de alto rendimiento sigue siendo vulnerable. Será fundamental centrarse en las posiciones de liquidez y tesorería. Esto exige un enfoque selectivo, especialmente en el caso del sector inmobiliario chino. Creemos que lo peor de la desaceleración china probablemente haya pasado. Aunque la senda de recuperación del crecimiento puede ser volátil, vemos oportunidades en algunos emisores demasiado castigados, como determinados nombres de tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones», concluye.

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