¿La ultraderecha al asalto del Congreso?

25/01/2023

Luis Díez.

Once meses antes de los comicios generales de este año 2023, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había de advertir el peligro de que la ultraderecha alcance a emular a sus correligionarios bolsonarianos, a su vez inspirados en los ultras trumpenses, y llegue a asaltar el templo de la democracia si los resultados de las urnas no les gustan. Fue un mensaje claro ante el pleno del Congreso en el primer debate del año. Sánchez lo dirigió especialmente a la portavoz del PP, Concepción Gamarra, porque en sus primeros mensaje en las redes sociales se abstuvo de condenar la furiosa manifestación golpista que reclamaba la intervención militar contra el presidente Lula da Siva. “No lo olviden, porque los asaltantes del Congreso brasileño se parecen mucho a los que gobiernan con ustedes en Castilla y León”.

La primera confrontación dialéctica del nuevo periodo de sesiones llegó con el argumento formal de aprobar el decreto de medidas de ayuda contra la carestía, la invasión rusa de Ucrania y de informar sobre los acuerdos del Consejo de la UE del 15 de diciembre, pero de hecho sirvió para perfilar los principales argumentos de la campaña electoral del bloque opositor de las derechas. Comenzó Gamarra contra la ley del “solo sí es sí” que ha producido el efecto indeseable de rebajar las penas a los violadores. “Están saliendo de las cárceles y ya son 261”, dijo la portavoz popular al tiempo que reclamó la rectificación inmediata de la norma. “Su feminismo es mentira”, le espetó a Sánchez. “Favorece a los depredadores sexuales, indulta a los sediciosos (catalanes) y rebaja el castigo a los corruptos y malversadores”.

Después de citar de corrido otros puntos del libreto de campaña –inflación, paro, deuda pública–, insistió Gamarra en que todo va de mal en peor e incidió en la falta de control de los fondos europeos (una constante del PP desde la pandemia). Con mayor dureza si cabe remachó el jefe de la ultraderecha los mismos clavos. “Pone en libertad a criminales, sediciosos y depredadores sexuales”, envistió Santiago Abascal en tono superlativo antes de acusarle de “extremista climático”, de preguntarle si “tenemos que comer más grillos” y de imputarle “la destrucción de la economía española a favor de China”. Al mismo programa de campaña se apuntó la superviviente de Ciudadanos, Inés Arrimadas, con una variante: “La subida de las pensiones supone el abandono de los jóvenes”. Por cierto que Arrimadas y Abascal se solidarizaron con la presidenta regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso, frente a los estudiantes de la Complutense a los que se impidió el paso a su facultad (Ciencias de la Información) para evitar que se sumaran a la protesta contra la decisión unipersonal del rector de nombrarla “alumna (exalumna) Ilustre”. Mientra Arrimadas tildó de “infamia” el “escrache” a Ayuso, la portavoz del PP se olvidó de mencionar el acto.

En su réplica, el presidente Sánchez aportó datos y cifras que demuestran la sensibilidad social del Ejecutivo y el progreso aceptable de la economía española dentro del contexto europeo, con especial referencia al crecimiento del 5% en 2022, a las cifras de empleo: 20,3 millones de trabajadores y un nivel de paro todavía alto, pero inferior al que había en 2008. Se refirió a las pensiones, las ayudas a los más necesitados, las facilidades al transporte y a otros materias que como las becas, ayudas a la vivienda y la contención de los alquileres le permitieron reafirmar que “este es el Gobierno de la gente” y no aquellos que hacían recaer todo el peso de la crisis sobre los trabajadores, familias y empresas mientras beneficiaban descaradamente, incluso con la amnistía fiscal, a una minoría”.

Ironizó Sánchez sobre el “programa oculto” del que le acusan los jefes de la ultraderecha, y preguntó a los dirigentes del PP si de verdad creen que quiere implantar una especie de república bolivariana en España, como dicen. El vóxido Abascal se reía en su escaño. “Si de verdad creen que la Constitución está en peligro –añadió el líder del PSOE en respuesta a Gamarra– no me explico por qué usted y el señor Feijóo se fueron de fin de semana y en vez de acudir a la manifestación de Cibeles enviaron a unos subordinados”. Sin abandonar el tono irónico agregó: “les tiemblan las piernas” al ir con Vox. Tras explicar las reformas penales para homologar el tratamiento de la sedición con la mayoría de los países europeos y diferenciar el robo del mal uso del dinero público, Sánchez, como también hiciera Patxi López, se mostró firme en defensa de los derechos de las mujeres y aseguró que mantendrán la lucha contra la violencia sexual y de género, y combatirán cuantos recortes y conculcación de derechos, como ha ocurrido en Castilla y León, intenten imponer las derechas.

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