OBS analiza el proyecto de moneda común para Brasil y Argentina

25/01/2023

Jaime Martínez Tascón (OBS). Si entre los dos primeros países de América Latina es difícil, hacer una divisa única incluyendo a los demás es prácticamente inviable.

La creación de una divisa única en Latinoamérica es un viejo anhelo que ya surgió en 2019, aunque las gestiones llevadas a cabo no prosperaron. Este interés responde al deseo de tener una mayor competitividad en los mercados internacionales consiguiendo de esa manera evitar la enorme dependencia que tienen estas economías del dólar estadounidense. Cuando hablamos de moneda común nos viene a la cabeza lo que se ha hecho en la UE, sin embargo no son situaciones comparables porque la desigualdad que existe entre los países de Latam no es comparable a la que existía en la región europea. La adopción del euro fue bastante más “fácil” y viable que implantar una moneda única allí.

La idea sería comenzar creando una moneda común para Brasil y Argentina, sin embargo también hay esperanza de poder ampliarlo al resto de los países. Si entre los dos primeros es difícil, hacerlo incluyendo a los demás es prácticamente inviable. A ello hay que sumar el momento en que esto se está produciendo: cuando la perspectiva es que durante 2023 las economías sufran una desaceleración que, incluso, se podría prolongar en 2024. No parece que sea el mejor momento para realizar una transformación de ese calado.

El reto principal es reducir la desigualdad entre los estados. Argentina vive sumida en una permanente crisis económica, con una inflación superior al 90%. Brasil por su parte está inmersa en una confrontación política que hace que la viabilidad de sus proyectos a futuro esté en el aire. Si añadimos a ellos otros países, la tarea es ardua. Comunicar a Venezuela o a Cuba, que cuentan con unas estructuras económicas arcaicas, que van a pertenecer a una moneda única creo que es francamente complicado. Brasil y México son las economías que compiten mejor en los mercados internacionales, mientras que las demás están sumidas en crisis profundas o sus estructuras económicas no son competitivas. A estas desigualdades económicas habría que añadir las desigualdades políticas, porque se trata de países con unas ideologías totalmente opuestas que hacen que adoptar una moneda única se convierta en un reto prácticamente inalcanzable.

Teniendo en cuenta que la apreciación del dólar en un 10% supone un aumento de la inflación en los países de Latam de un 1%, y que las monedas de estos países sufren cuando aumentan los tipos de interés en EEUU, y que actualmente se están incrementando las tasas de la reserva federal, es lógico que estos países quieran ser más competitivos sin tener que depender de la moneda del vecino del norte. Sin embargo, lograr una independencia de estos países con respecto a Estados Unidos se plantea más como un anhelo, como una ilusión, que una realidad que pueda llegar a implantarse.

 

 

Jaime Martínez Tascón, Profesor de OBS Business School y Director de InveretiK

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