El efecto Trias

27/01/2023

Josep M. Orta.

El panorama político catalán no está menos crispado que el que se vive entre los grandes partidos españoles. La proximidad de los periodos electorales previstos para este año propician que las relaciones sean a cara de perro.

Centrémonos en las elecciones municipales de la ciudad de Barcelona, donde la actual alcaldesa, la podemita Ada Colau, tiene un grupo de adeptos incondicionales que aplaude la revolución que aprovechando la pandemia está haciendo en la ciudad, pero parece difícil que repita la alcaldía por las fuertes criticas que recibe de numerosos sectores disconformes por los graves problemas que ha provocado su gestión.

Sus socios de gobierno, los socialistas, presentan la candidatura de Jaume Collboni. Hasta esta semana era el primer teniente de alcalde pero ha dimitido para centrarse en la campaña. Durante sus años en el gobierno se ha visto prisionero de la estrategia de Colau, que con sus votos (y el del ex primer ministro francés Manuel Valls) impidieron que la lista más votada gobernara la ciudad. Todas las encuestas daban a Colboni como ganador, pero…

Los votantes de ERC, con el ex socialilstas Ernest Maragall de candidato, tampoco están contentos con su partido y su apoyo incondicional al gobierno de Pedro Sánchez en Madrid. Son muchas las voces que consideran que en La Moncloa les están tomando el pelo y que las aparentes concesiones que han hecho en la mesa del diálogo sólo era un juego de palabras que no llevaban a ninguna solución.

Presentados los tres partidos que teóricamente se tenían que repartir el pastel, el cuarto en discordia estaba en horas muy bajas y parecía en caída libre, gracias a los enfrentamientos internos de sus diversas familias y el haber abandonado el gobierno de coalición de la Generalitat y hasta hace poco sin un candidato claro. Haciendo de la necesidad virtud recuperaron para encabezar su lista al ex alcalde de Barcelona Xavier Trias y su aparición en el mapa electoral ha revolucionado el mapa político. Las encuestas incluso le sitúan como el candidato más votado y su formación de poder ser un hacedor de reyes ahora se ha convertido en un candidato a ser el rey.

Xavier Trias sufrió una campaña de los servicios secretos españoles que contó con un fuerte respaldo mediático para desacreditarlo. Se inventaron unas falsas cuentas en los bancos suizos. Posiblemente ello le hizo perder la alcaldía hace ocho años aunque la denuncia fuera una chapuza. Incluso dieron el número de las supuestas cuentas, pero los responsables de la banca de aquel país no tardaron en señalar que aquellos números no coincidían con los que utilizaban los bancos suizos.

Trias dejó un buen recuerdo de su paso por la alcaldía, todos reconocen que es una buena persona y su carácter dialogante, es muy prudente y se siente muy incómodo al tener que tomar decisiones conflictivas, por lo que durante su mandato no pisó demasiados callos aunque quizás le faltó tomar la iniciativa. Es un político de la vieja escuela que ve a sus contrincantes como rivales y no como enemigos por lo que está en condiciones de hablar con todos. Ahora después de la revolución Colau muchos sectores se muestran partidarios de una alcaldía tranquila.

De momento, aunque se presenta por Junts, hace una precampaña personalista escapándose de las pugnas internas y de momento ha conseguido que los diferentes sectores del partido, incuso los que se escindieron, cierren filas entorno a su candidatura.

Su irrupción ha trastocado el mapa político barcelonés y lo hace imprevisible. Es una lección que es válida para toda la clase política. El poner una ficha nueva en el tablero puede revolucionar el mapa electoral y cambiarlo todo en muy poco tiempo.

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