En ‘Kompromat. El expediente ruso’, de Jérôme Salle, que llega a las salas de cine españolas gracias a A Contracorriente Films, tenemos una película de acción y suspense que dura 2 horas, donde el ritmo varia bastante. Tenemos escenas muy rápidas y otras muy densas, la historia gusta pero hay partes que se hacen un poco lentas. Tenemos intriga, arte, algo de amor y política, con Rusia y Francia en el telón de fondo.

Kompromat viene de un término ruso , usado para describir los materiales comprometedores sobre un político o figura pública. Pueden ser reales o creados para dañar la imagen de una persona y sacarla del mapa.

En esta película se nos cuenta la historia de Mathieu, del instituto francés en Irkutsk, Siberia. Él es arrestado por las autoridades rusas, encarcelado y acusado de abusar sexualmente de su hija. Alguien ha construido un caso para incriminarlo y decide escapar.

La historia está bien hilada pero como la mayoría de películas de acción peca de optimista: las balas de los malos nunca aciertan y los golpes del protagonista siempre dan en el clavo.

Los actores y actrices trabajan todos muy bien pero no hay mucho desarrollo en la historia de ellos, están muy estereotipados y solo conocemos lo imprescindible de cada uno y su participación en la historia del protagonista.

La parte visual de la película está muy bien hecha, la música y la iluminación especialmente. Acompaña muy bien a la historia contándonos la emotividad del momento.

El final era previsible e irreal, todas las historias no terminan bien excepto las del protagonista. Las cosas no le pueden ir también y esperar que el público se crea la historia y se meta en ella cuando desde el minuto uno parece que tiene un ángel de la guardia que le protege de todo.

Se supone que está basada en hechos reales pero no sabemos cuánto de real y cuánto de ficción hay en la película. Creemos que parece que más de lo segundo que de lo primero.