La negociación colectiva en banca, cajas de ahorros y cajas rurales está empantanada, en palabras del secretario general de CCOO-Comfia, José María Martínez, que espera se desbloquee en las próximas dos semanas, aunque no cree que se pueda llegar a cerrar antes de finales de año.

Pero lo que más preocupa en estos momentos al sindicato es que los procesos pactados de transformación de las cajas de ahorros en bancos se están acelerando de forma importante y, también, que empiezan a surgir voces en el sentido de que lo pactado no va a ser suficiente y que habrá que plantear nuevos ajustes. Ajustes que, temen, pueden no ser pactados sino impuestos desde las direcciones de los nuevos bancos.

Una muestra de la aceleración que se está imprimiendo a la reestructuración es el caso de Banca Cívica donde se había pactado llevar a cabo la reducción de capacidad a lo largo de tres años y, según CCOO, se ha efectuado en tres meses con la salida de 1.100 trabajadores. En este banco, donde Caja Navarra y Caja Sol tienen el control, se estaría planteando otro posible ajuste de plantilla y de oficinas que podría afectar a otras mil personas más, cifra que no reconoce la empresa en todo caso.

Para el dirigente sindical no se trata de oponerse a nuevos procesos de ajuste, máxime cuando la reestructuración no se ha terminado y ya se habla de una nueva ronda de fusiones y el FROB tiene que adjudicar a cuatro entidades hoy bajo su control, sino de que se hagan con un acuerdo entre las partes y “donde el esfuerzo exigido sea  riguroso y se haga con equidad”. Para Martínez no se trata sólo de que las remuneraciones de la alta dirección de los nuevos bancos sean razonables, y no escandalosas como se está de mostrando con varios ejemplos en las últimas semanas, sino también que hay que ajustar los gastos de gobernanza de las entidades a la nueva realidad.

“Para nadie es un secreto que hay estructuras de gobierno que hay que cambiar”, señaló el responsable sindical señalando que cada unión de varias cajas ha mantenido inamovibles los anteriores órganos de gestión que tenía cada caja por separado y se han creado nuevos en los bancos donde se ha concentrado la gestión financiera. “No se puede seguir teniendo los antiguos consejos de administración, o las asambleas generales, con los gastos que originan, cuando su capacidad de actuación es mucho más pequeña o casi nula”, dijo. “Hay que adaptarlos”, terminó.

Respecto al impacto de los nuevos ajustes que puede haber en materia de empleo o de oficinas, los responsables de CCOO señalan que no pueden hacer previsiones porque no está definido el alcance de la nueva oleada de fusiones. “No es lo mismo que las cajas intervenidas se adjudiquen a entidades mayores o que se troceen”, dijo, “a la hora de calcular los efectos” y por eso puso el acento en que en todo caso lo importante es que dichos ajustes, que podrían incluir nuevas bajas incentivadas, prejubilaciones o suspensiones temporales de empleo, sean consensuados.

José María Martínez afirmó que “ya tenemos un banco malo” refiriéndose a que el FROB es propietario o ha intervenido a cuatro entidades –“sumadas suponen ser la quinta entidad financiera española”- y que, lo previsto es que se devuelvan al sector privado, una vez saneadas o con un esquema de protección de activos que haga que sea el FROB, o el fondo de garantía de depósitos, quien corra con la mayor parte de las pérdidas que se ocasionen en esas entidades en su proceso de saneamiento.

Por eso el dirigente sindical señaló que es muy importante que en todo el proceso que se está siguiendo no se acabe “socializando pérdidas”.