El número 292 de los ‘Cuadernos de Información Económica’ de Funcas avisa que la retirada de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), como parte de su proceso de normalización monetaria, entraña el riesgo de dejar a algunos bancos sin los «recursos necesarios».
«La decisión de reducir el balance del Eurosistema lleva aparejadas oportunidades y riesgos para los bancos comerciales (incluyendo otras entidades financieras monetarias) y los bancos centrales de la eurozona», señala el análisis.
Reducir la reinversión de los principales de los programas de compra de activos del BCE reducirá la demanda de deuda pública, por lo que aumentará su disponibilidad como activos de garantía. Sin embargo, esto impulsará a la baja los precios de los bonos, lo que deteriorará el valor a precios de mercado de las carteras de deuda bancarias y presionará al alza el coste de financiación para algunos bancos.
«La oportunidad para los bancos centrales se deriva de que el fortalecimiento de los mercados de crédito interbancario reforzará también la transmisión de la política monetaria», explica Funcas.
Pero existe el riesgo de que este proceso de reducción del balance del BCE «se produzca demasiado rápido y deje a algunos bancos sin los recursos necesarios». Por tanto, el BCE debe asegurarse de que las entidades dispongan de «tiempo suficiente» para esa transición. E incluso plantearse revertir su política actual y lanzar un cuarto programa de operaciones de financiación (TLTRO).
El impacto sobre el sistema financiero puede tener un efecto de contagio a la deuda soberana, con un «impacto desproporcionado» de la normalización monetaria del BCE sobre la financiación pública de algunos Estados miembros de la Unión Europea.
Por otro lado, Funcas también analiza el efecto de la subida de tipos de interés en las cuentas de resultados de la banca europea. Cree «erróneo» utilizar adjetivos como «ganadores» para las entidades financieras, porque también se enfrentan a un aumento «significativo» del coste de su propia financiación.
Además, el deterioro en la calidad de los activos puede requerir de mayores provisiones, lo que tendría un impacto «negativo» en los resultados de los bancos. A esto hay que sumar que una caída de las rentas reales de los clientes por la inflación puede presionar su capacidad de pago y generar morosidad, que exige a la banca mayores dotaciones para su cobertura.
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