Los analistas votan por tres subidas de medio punto antes de que el BCE haga una pausa

01/02/2023

Miguel Ángel Valero. El Banco Central Europeo se enfrentará a la cada vez más difícil tarea de equilibrar una inflación superior al objetivo con una mayor debilidad económica.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde (Fotografía de Michael Probst/Pool AP/dpa).

Jon Day, gestor de carteras de bonos globales de Newton (grupo BNY Mellon IM) argumenta que «el estrechamiento de los diferenciales de crédito ha evitado que las condiciones financieras empeoren, lo que podría llevar a los bancos centrales a pensar que deben tomar más medidas para suprimir las presiones inflacionarias de la economía».

Apuesta por una subida de 50 puntos básicos (pb) y por un mensaje «claro de que aún no han acabado las subidas». Y cree que «el mercado está valorando dos subidas más de 50 pb por parte del BCE».

Mondher Bettaieb, Jefe de Crédito Renta Fija de Vontobel AM, se abona a esta tesis, que deja los tipos en el 4%. «Una vez que lleguen ahí, el BCE hará una pausa», porque «ya no contamos con un riesgo de recesión en Europa» y China está reabriendo su economía.

«El riesgo de fragmentación es bajo, especialmente si evitamos las recesiones, lo que significaría que los ingresos fiscales seguirían siendo buenos y, por tanto, las trayectorias de deuda seguirían siendo sostenibles incluso para Italia. El BCE dispone además de la herramienta adecuada para evitarlo: el Instrumento de Protección de la Transmisión», añade.

Capital Group avisa de una «persistente presión alcista» de la inflación

Robert Lind, economista de Europa de Capital Group, vaticina que «los precios de la energía van a continuar sufriendo una persistente presión alcista, ya que Europa tiene la intención de ir abandonando el petróleo y el gas rusos en los próximos años». «Es probable que esta medida acabe produciendo una importante crisis de oferta, lo que incrementaría los costes en toda la economía durante un periodo de tiempo prolongado y podría empeorar la relación entre la inflación y el crecimiento económico», advierte.

«Las autoridades europeas podrían tolerar un aumento de la inflación mientras la economía se va ajustando al fuerte descenso de la renta real. La alternativa que tendrían los gobiernos y los bancos centrales sería la de llevar a las respectivas economías a una recesión aún más profunda de la que esperamos el año que viene. Ante las presiones sociopolíticas que podría provocar esta situación, lo más probable es que los gobiernos europeos opten por flexibilizar su política fiscal para respaldar sus economías, a lo que tendrán que ajustarse los bancos centrales, aceptando una mayor inflación siempre que la dinámica de la inflación no se vuelva inestable, como ocurrió en la década de 1970», señala..

«Los trabajadores y las compañías están más dispuestos a aceptar subidas de precios y salarios, lo que mantendrá las presiones inflacionistas», apunta,

«La inflación debería alcanzar su nivel máximo a lo largo de los próximos tres a seis meses en las principales economías europeas, pero creo que las tasas de inflación en 2023 y 2024 irán cayendo de forma gradual. El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra continuarán endureciendo su política monetaria a corto plazo, pero tendrán que enfrentarse a la cada vez más difícil tarea de equilibrar una inflación superior al objetivo fijado con una mayor debilidad económica», concluye.

Value School cree que el inversor más conservador volverá al depósito

Para Luis Alberto Iglesias, de Value School, «los inversores más conservadores, que buscan poner a buen recaudo sus ahorros en depósitos bancarios, podrán aprovecharse de las mejores ofertas de un mercado de depósitos donde, por primera vez en lustros, las entidades van a empezar a pagarles intereses cambio de su dinero».

«La subida de tipos de interés aumentará la oferta de depósitos bancarios remunerados a plazo fijo. Los ahorradores más conservadores sacarán el dinero de debajo de sus colchones para confiarlo temporalmente a las entidades bancarias que mejor se lo remuneren. Esos ahorros seguirán perdiendo poder de comprar por culpa de la inflación, pero menos da una piedra”, señala.

«Los inversores de renta fija se beneficiarán poco a poco del regreso a los tipos de interés positivos y de emisiones de deuda, tanto pública como privada, con mayores cupones. La remuneración obtenida de las emisiones de deuda pública aún quedará muy lejos de igualar la inflación que venimos arrastrando. En el ámbito de deuda corporativa, no obstante, podrán encontrarse oportunidades de inversión muy interesantes a medio y largo plazo, por ejemplo, a través de fondos de inversión especializados en esta clase de activo”, añade.

«Es de esperar que la mejor remuneración de la renta fija haga que una parte del capital abandone la renta variable en busca de una rentabilidad suficiente y una menor volatilidad invirtiendo en deuda. La subida de tipos ya está aumentando el coste del capital y enfriando las expectativas de beneficio de numerosas acciones, cuya cotización ya está sufriendo una fuerte corrección a la baja. Los inversores que conozcan bien sus negocios y confíen en ellos, no verán razón para liquidar sus posiciones y aprovecharán estos periodos para reforzar sus carteras”, aclara.

«Este tipo de movimientos de los tipos de interés no afectará al inversor de largo plazo que tenga un proceso claramente definido. Simplemente, los activos de su cartera más favorecidos por el actual entorno económico serán los que le aporten mayor rentabilidad en este momento, mientras que los más desfavorecidos dejarán de hacerlo o entrarán en pérdidas. Nada que sea anormal para quien entienda cómo funcionan las carteras diversificadas», razona.

«El incremento del coste de capital reducirá la demanda de crédito y, por tanto, frenará la creación de nuevas empresas, especialmente en aquellos sectores industriales cuyos beneficios estén más alejados del presente. El mercado preferirá, por tanto, modelos de negocio poco especulativos y con capacidad probada de generar beneficios ahora, en lugar de en el futuro. El crédito se dirigirá, por tanto, a reforzar proyectos empresariales de la ‘economía tradicional’ antes que a financiar atractivas apuestas tecnológicas de resultados inciertos y lejanos», concluye.

Para el equipo de análisis de Portocolom AV, con una inflación mundial que parece haber tocado un máximo en el tercer trimestre de 2022, el BCE aprobará una subida de 0,5% situando los tipos en 2,5%. «Continuaremos viendo subidas en los próximos meses, aunque probablemente se irán moderando en el segundo semestre del año”, apunta. “Los bonos de largo plazo, especialmente europeos, que han visto un repunte significativo en sus rentabilidades, podrían continuar su escalada si el BCE continúa con las subidas de tipos previstas”, señala.

Subidas en febrero y en marzo

François Rimeu, estratega senior de La Française AM, vota por una subida de medio punto, situando el tipo de depósito en el 2,5% y el tipo Refi en el 3%, y que el Consejo de Gobierno del BCE «reafirme que los tipos de interés aún deben alcanzar un nivel suficientemente restrictivo y permanecer elevados el tiempo suficiente para reducir la inflación hasta su objetivo del 2% en el momento oportuno».

«Esperamos que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reitere el enfoque de calibrar la política monetaria reunión por reunión. Creemos que indicará que el ritmo de endurecimiento de la política se reevaluará en la reunión de marzo, ya que se actualizarán las proyecciones económicas», pero evitará comprometerse con una subida de medio punto en la reunión de marzo. «Esperamos que el BCE anuncie los detalles del endurecimiento cuantitativo», la reducción de su balance.

Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco, también vota por subidas de medio punto en la reunión de mañana y en la de marzo, «antes de que en mayo se produzca un giro hacia incrementos más tradicionales de 25 puntos básicos». El BCE «dejará claro que una política restrictiva podría estar justificada durante más tiempo de lo que el mercado espera actualmente», y también dará a conocer los detalles de la reducción de la reinversión, que será de unos 15.000 millones€ al mes por término medio hasta el final del segundo trimestre.

Thomas Hempell, responsable de estudios macroeconómicos y de mercado de Generali Investments, sitúa los tipos en el 3,5%.

Paul Diggle, economista jefe de abrdn, se apunta a una subida de tipos de 50 pb, y pone el foco en los detalles operativos del «endurecimiento cuantitativo», cuyo inicio está previsto para marzo, y en las «indicaciones sobre la senda de tipos más adelante en el transcurso del año», con otra subida de 50 pb en la reunión de marzo, «Pero tanto vemos posibles varios escenarios como que se produzca una reducción en el ritmo para pasar a incrementos de 25 pb en esa reunión, como que se lleven a cabo subidas adicionales de tipos más adelante en el año, si la inflación subyacente sigue siendo persistente».

Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, sigue la línea de subida de 50 pb y de cómo va a reducir su balance el BCE. «Seguimos esperando un nivel terminal del tipo de depósito del 3,5% en el segundo trimestre», subraya.

Martina Hoffard, responsable de marketing de Spectrum Markets, cree que para el BCE “actualmente es crucial mantener la credibilidad de sus operaciones de mercado abierto para mostrar un impacto”. «Si fracasa por un endurecimiento insuficiente, el coste de la lucha contra la inflación será aún mayor, un efecto más conocido como espiral de precios y salarios. Un endurecimiento excesivo sería igualmente perjudicial para la credibilidad del BCE, ya que supondría una importante carga económica”, argumenta.

Silvia Dall’Angelo, Economista Senior de Federated Hermes Limited, considera que «a corto plazo, la senda del BCE está determinada y los tipos seguirán subiendo en los próximos meses», 50 pb mañana. «Como los bancos centrales se mueven con lentitud y los datos ofrecen una imagen retrospectiva de la situación económica, existe el riesgo de que el BCE acabe endureciendo en exceso”, advierte.

Ulrike Kastens, Economist Europe para DWS, cree que el BCE «aún está lejos de seguir ralentizando el ritmo de subidas de tipos», porque «no hay indicios de moderación en la tendencia subyacente de los precios». «En consecuencia, el tipo básico podría seguir subiendo hasta el 5,5% en los próximos meses. Todo ello aboga a favor de nuevas subidas de tipos, empezando por una de 50 pb en febrero, y otra en marzo».

Axel Botte, estratega global de Ostrum (Natixis IM), insiste en que los tipos subirán 50 pb y «probablemente» alcancen el 3% en marzo.» Luego, el BCE puede tomarse un tiempo para evaluar el efecto de los aumentos anteriores, la reducción del exceso de liquidez a través de los reembolsos de TLTRO y el comienzo de QT (establecido en 15.000 millones al mes hasta junio) en el contexto de una alta oferta neta de bonos. Hasta ahora, la oferta se ha absorbido bien, pero las condiciones de crédito bancario parecen haberse endurecido recientemente y es posible que el mercado de bonos no pueda absorber tanto en el futuro después de la emisión récord en enero», sugiere.

«El tono agresivo se mantendrá dada la rigidez de la inflación subyacente y el riesgo de que el nivel general la alcance, como ya ocurre en España. Por lo tanto, el BCE no ha terminado de ajustar y los tipos podrían volver a subir después de un período de statu quo si la inflación no logra disminuir de manera convincente», argumenta.

Además, el BCE desvelará detalles sobre la “ecologización” de su cartera, como la venta directa de bonos emitidos por prestatarios que no hacen lo suficiente en términos de cambio climático. «Será interesante ver si realizan ventas activas y reequilibrios en lugar de simplemente utilizar los vencimientos para remodelar su cartera», apunta.

 

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